Altos oficiales de Estados Unidos para América Latina viajaron a Venezuela recientemente para reunirse con el presidente Nicolás Maduro y su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, en el Palacio de Miraflores. Medios estadounidenses reportaron que la administración de Joe Biden está buscando alternativas para palear la crisis creada por las sanciones contra Rusia por su operación militar en Ucrania.
El gobierno de Biden no reconoce a Maduro como presidente de Venezuela, sino al opositor Juan Guaidó. Sin embargo, la delegación liderada por Juan González, asesor de la Casa Blanca para América Latina, llegó a Miraflores para hablar de un posible levantamiento a las sanciones sobre el petróleo venezolano, pero hubo pocos a nulos avances. González había criticado al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, diciendo incluso que El Salvador podría convertirse en otra Venezuela.
Según Reuters, los Norteamericanos también buscaban presionar para que Maduro se aleje de su aliado ruso, Vladimir Putin, cuando desde la Casa Blanca se lidera una campaña para rodear de sanciones de todo tipo al Kremlin. Desde la Casa Blanca han llegado llamados directos para que toda América Latina copie la misma postura de Estados Unidos respecto a Rusia.
En tanto, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, confirmó que los congresistas evalúan ya un proyecto de ley para prohibir la importación del petróleo de Rusia y otros productos energéticos, aun en medio de la explosión de precios de la gasolina.
Si bien Rusia no es el principal productor de petróleo para los estadounidenses, sí está en los primeros lugares de la lista. Según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos, el país importó más de 20.4 millones de barriles de crudo y productos refinados al mes en 2021 desde Rusia, lo que representa el 8 % de las importaciones totales. El primer productor es Canadá.
Pero, a raíz de las sanciones del mundo Occidental, el petróleo de Brent se disparó el fin de semana cerca de los $140.
WASHINGTON BUSCA A UN VIEJO ENEMIGO
Reuters dijo que Washington busca en Venezuela suministros alternativos por su boicot al sector energético de Moscú. El gobierno venezolano no realizó ningún tipo de comentario al respecto.
De acuerdo a Reuters, Maduro no se alejará de Putin y, en cambio, usa la reunión con los estadounidenses a su favor. Pidió a Rusia descongelar los ingresos del petróleo en varios bancos rusos incluidos en la lista negra de Estados Unidos, especialmente el Promsvyazbank (PSB), donde la petrolera estatal venezolana PDVSA y el Ministerio de Defensa tienen cuentas bancarias.
En la reunión en Miraflores la comitiva de EE. UU. volvió a presionar a Maduro por unas nuevas elecciones, reformas a la industria petrolera para facilitar la producción y exportación de firmas extranjeras, e intentó presionarle para emitir una condena en contra de Putin por su operación militar en Ucrania. Washington ofreció permitir a la nación petrolera usar el sistema SWIFT.
Pero Maduro no estuvo convencido. Las fuentes de Reuters revelaron que el venezolano pidió levantar todas las sanciones en su contra y las de sus aliados, además, buscó liberarse de las sanciones en contra de las exportaciones de petróleo, y el retorno del control estatal sobre Citgo, la filial estadounidense de PDVSA.
La reunión fue un pedido de Maduro. Estados Unidos también pidió liberar a varios ejecutivos de Citgo que guardan prisión en Venezuela.