Manlio Argueta, escritor y poeta
Columna: Nihil Novi
Artículos sobre literatura
Octava entrega
Saint-Exupery-Suncín. Dejo para más tarde mis comentarios al libro «Memorias» de nuestra salvadoreña, publicadas simultáneamente en tres idiomas, en el año 2000.
En las redes sociales alguien señalaba el olvido de las gestas históricas: las del ayer ancestral, del presente y de los cientos de años venideros. Componentes de tres fases del tiempo que es uno solo. Espacio en que cada quien tiene derecho a amar lo suyo. Desde que NO existíamos hasta que dejamos de existir.
Por eso no debemos olvidar a ninguno de nuestros mártires. Los de 1524 (Acajutla), cuando Pedro de Alvarado hace la primera masacre de «miles de guerreros pipiles» que peleaban en lucha desigual contra dioses armados de rayos, truenos y caballos. El conquistador lo informa a su jefe Hernán Cortés. Descubrir esa carta me hizo crear mi primera novela histórica: «El Valle de las Hamacas». No tanto porque nos mecemos con los terremotos, sino por estremecernos cada cierto tiempo. Desde entonces no paramos de agonizar en la historia. Siguieron las encomiendas (nuestros paisanos originarios carecían de alma), eran como piedras, mientras los encomenderos tenían corazones de cemento.
Cuscatlán no resplandecía con oro; pero brillaban las minas verdes: el bálsamo, que era llevado clandestino al Perú para confundir a la competencia colonialista, y a los piratas. La clave era ocultar la existencia de nuestra Costa del Bálsamo. Luego se descubrió la mina del cacao (dólar de la época); manjar de dioses. Después el añil, y el café, el algodón. Pero terminamos con la riqueza verde pues podríamos adquirirlo todo con el oro vil y benefactor. Por eso debemos esperar con ansias volver a la agricultura, sin desligarnos de la cuarta Revolución Industrial.
Esos cambios costaron mucha sangre, y nunca se indemnizó a las víctimas; al contrario, se incrementó la impiedad y el oprobio. Olvidamos que «en la gloria no hay paga y si hay paga no hay gloria». La tragedia se multiplicó bajo el silencio cómplice o por temores explicables. Temimos las masacres, los gases, las cárceles políticas, las torturas. Y comenzó la incivilización del desquite con quien no las debe. Es lo que se conoce en filosofía como alienación. Como desconocemos a quién nos ataca, atacamos al que menos lo debe.
No se toleró a los inconformes, o más desposeídos, caso de las cofradías del Justo Juez de Cristo, de la Santa Cruz de Mayo y de Nuestra Señora de Belén. Se liquidó la cultura ancestral de Izalco y Nahuizalco, y poblaciones aledañas (1932). Por suerte, las culturas tienen el poder de la resurrección. Sí, están resucitando. Aunque nadie de esas épocas terribles espera indemnización, por lo menos exigibles en metálico. Sí en garantías sociales.
Tampoco hubo indemnización por el despojo de tierras comunales y ejidales, a finales del siglo XIX. Los «propietarios» originales fueron enviados a los volcanes; antes de descubrir que los volcanes producían el mejor café. Vino la reversa, y se enviaron a la costa. Por supuesto que todo país necesita avanzar, progresar y modernizar los medios de producción, pero sin olvidar a la gran mayoría que conforma la nación.
Todo parecía iría mejor cuando se dio la revolución de los jóvenes militares expulsados a México, por el dictador Martínez. A su retorno fundaron el Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD). Con esa influencia revolucionaria construyeron complejos habitacionales, centros sociales para obreros, todo bien invertido, sin triquiñuelas (porque pese a terremotos siguen en pie). También nos dieron una de nuestras mejores Constituciones (1950) que reconoció la propiedad en función social.
Pero continuó el inventario de calamidades: protegidos en su democracia los corazones se endurecieron. Y llegó 1972, cuando la Universidad de El Salvador es invadida por los cuerpos armados, en pleno día, con estudiantes, profesores y funcionarios en sus labores. No alcanzaban las celdas. Hubo que sacar el agua de las piscinas en los edificios de la seguridad para alojar a los universitarios, todos enemigos, incluyendo docentes, empleados, autoridades académicas. Para nadie hubo celdas honoríficas. Porque dura lex sed lex.
Comenzó entonces el oprobio político-social. Entre tantas cosas había que callar la popularidad alcanzada por los jóvenes universitarios. En una época en que se llegó a editar libros con tirajes de 12 mil ejemplares, para lo cual se trabajaba las 24 horas, con tres turnos. Y dos periódicos universitarios se vendían en la calle. También había dos revistas de alta calidad (Universidad y Vida Universitaria).
En menos de 5 años se publicaron y enviaron por correo (teníamos franquicia postal) más de 75 números de la revista «Pájara Pinta». Así, sectores humanistas nos detectaron en América Latina. Como no se sabía mucho de El Salvador (aunque ya había diplomáticos) se nos decía «el país de la pájara pinta».
Vino entonces el conflicto armado, seguido de la Pax Romana, (más muertos que en veinte años de guerra). Ahora esperemos que nuevas generaciones, previo voto de confianza popular, cultiven corazones diferentes.
DePoesía
«ESOTERISMO EN SOMBRA»
Por Wilfredo Córdova
Oculta verdad, esotería en sombra.
Objeto pernoctar en cámara del ser.
La muerte sin vivir en penumbra.
Consciencia secreta, arduo conocer.
Al lugar de oscuridad, ahí estamos
Ineludible el sitio donde he nacido.
Cámara del medio nos encontramos.
Luz brillante en ocasión ser iniciado.
Evidente inteligencia emocional.
Forma parte de la misma realidad.
Sueños, mitos es suplicio turbal,
Presentados en diferente calidad.
Estos conflictos socavan la cordialidad.
Neófito acomoda angustia en sobriedad.
Empatía fundamental de efectividad,
Llegando al estado luminosidad.
Estudiar instinto, traducirlo es intuición.
Explicar, refuerzo espiritual es esoterismo.
Aprendiz, trabaja en recinto para perfección,
Vigorizándose espiritualmente para sí mismo.
Dar principio universal será tradición.
Metal corta madera, agua apaga fuego.
Idea entre imagen es simbolización.
Revela realidad, velar es el juego.
Símbolo, su espíritu es lenguaje racional.
Sintético porque tiene que comprenderse.
Percepción, firmeza inteligente emocional,
Intuidor, analógico, que deberá entenderse.
Dios es el súmmum de la perfección.
Arcano, doctrina esotérica iniciática.
Sigamos el camino de la purificación,
Como ancestralmente fue en América.
Nuestra real historia fue trastocada
Comentarios, narraciones del país, irreal.
Cultura, religión, esoterismo saboteada,
Lo que han escrito nunca será cabal.
Intuición individual, capacita conciencia
Racionalidad actúa por deducción e inducción
Verdades que penetran de manera mental
Extrayendo lo particular, su final definición.
Suprimir, pensar erróneamente es meditación.
Ordena lo emocional, psicológico y espiritual,
Será tu excelente guía de preparación
para trascender y dejar lo material.
Teoría de prodigios naturales es ocultismo
Sagrado silencio en obra de cosmogonía
rigor, piedad, equilibrio es lo mismo.
Dándose cuenta el hombre en agonía.
Obra del humano es involución, evolución,
Dios siempre contigo ha permanecido
Restituir, establecer tu eternización,
Llevándote al paraíso que has perdido.
No temer al silencio obtienes beneficio
Confrontar fuerza opuesta es igualdad
Restituir esa tu mente con ejercicio,
Escuadra y compás es secretividad.
Vivir es necesario, salud y tranquilidad
Elimina sufrimiento, vivirás formalmente.
Nacemos, vivimos y morimos, es eternidad.
No aceleres, tu tiempo pasa ligeramente
Eres luz, viviendo experiencia humana
Como humano, durmiendo y soñando.
Despierta ese tu maestro que emana.
Practica todo lo que estás pensando.
«EL BALSAMERO»
Por Carlos Hérbert Portillo
¡Cuán esbelta es tu figura!
¡Oh! Gigante milagroso
Árbol, rey portentoso
de la savia negra que cura.
Qué dóciles son las manos
que hieren tu corazón,
para hacer brotar como una bendición
la medician que mitiga el dolor de tus hermanos.
¡Qué aroma! ¡qué delicia!
Es la quema de tu cáscara sin igual.
Criatura silvestre, del bosque tropical.
¡Bendito Dios! Por sembrar aquí esta primicia.
Valiente tierra poderosa
que hace germinar la semilla de olor
del árbol ancestro, valioso tesoro,
que con tus fuerzas lo levantas airosa.
Bálsamo, bondad infinita en fusión.
Esencia sutil con fragancia de amor.
Resina milagrosa de El Salvador.
En estos versos eres mi inspiración.
Linda flor del bálsamo divino,
Que nos regalas la guirnalda blanquecina,
Con la que engalanas la estampa campesina.
Embeleso de tu follaje esmeraldino.
De rama en rama vuelas balsamero.
Ardua es la faena,
dura y difícil la pena
de herirte tus vertederos.
Miel emulsificante y primorosa
que emana como sangre de las venas,
aun bajo las más duras condenas,
de ti recibimos la cura generosa.
«OJALÁ, AMOR»
Por Grace Montoya
Ojalá llegue el día
en el que tome valor de gritarte a la cara
todo lo que dejaste en este iluso ser y corazón.
Ojalá
algún día junte toda la fuerza que se me escapó
cuando te fuiste y me abandonaste.
Ojalá
Algún día deje de recordarte como la tristeza predilecta
que me desmoronó y me enseñó a tocar fondo.
Ojalá
algún día junte todos los versos que por ti escribí
y las canciones que me faltó dedicarte.
Ojalá algún día pueda soltarte
y aceptar que me ahora eres feliz con alguien.