El ministro de Salud, Francisco Alabi, confirmó que ya se hicieron las primeras pruebas para detectar la subvariante JN.1 de coronavirus, por lo que esperan los resultados de la secuenciación para determinar la presencia en El Salvador.
Alabi detalló que el Instituto Nacional de Salud (INS) está a cargo de descifrar el código genético de las muestras, que comprenden los últimos días de diciembre (2023) y las primeras semanas de enero (2024).
«No se ha confirmado la presencia de la subvariante JN.1 en el país. Se están recolectando las muestras de finales de diciembre y de enero. Ya se metieron al procesamiento, pero requiere una semana en lo que se hace la secuenciación, que se está haciendo en el Instituto Nacional de Salud, y nos va a arrojar si tenemos presencia de JN.1», explicó el funcionario.
Por las características de esta subvariante, su propagación es más alta, pero la afección en la salud es menor, por lo que no representa un alto índice de mortalidad.
Alabi informó que el sistema de salud está recibiendo 29,000 consultas diarias de diferentes padecimientos, de las cuales, 3,000 son por enfermedades respiratorias; sin embargo, aclaró que no significa que sean casos de coronavirus, pues puede ser otro padecimiento.
«Estamos también en presencia de otras enfermedades que debemos tomar en consideración y son los diferentes tipos de influenza y el virus sincitial respiratorio, que podrían poner en mayor riesgo de salud a las personas con enfermedades crónicas», mencionó.
Enfatizó que la población puede continuar implementando las medidas de bioseguridad para prevenir los contagios de cualquier enfermedad, no específicamente de coronavirus.
«La recomendación del uso de la mascarilla es universal y no obedece únicamente al coronavirus, sino a cualquier enfermedad respiratoria», agregó.
Desde el Ministerio de Salud (Minsal) se apuesta por la prevención, por lo que ha implementado campañas de vacunación extramural para completar las dosis de diversas vacunas.
«En parques, iglesias y centros comerciales hemos realizado jornadas de vacunación del neumococo 23 valente, de la influenza y la COVID-19. Aquí abordamos a distintos grupos poblacionales, pero antes abarcamos a sectores vulnerables en centros del adulto mayor», subrayó Alabi.
El Gobierno salvadoreño ha invertido $34 millones para comprar vacunas y garantizar el abastecimiento de la red de hospitales y unidades de salud.
Además, es uno de los países con una estrategia de prevención y atención del coronavirus más amplia en la región.