El pasado 15 de diciembre terminó sin que se registrara ningún homicidio en todo el territorio salvadoreño, según información compartida por la Policía Nacional Civil y retomada por el presidente Nayib Bukele, quien mencionó que esas cifras están llevando al país a posicionarse como la nación más segura de Latinoamérica en 2022.
«Cero homicidios. El Salvador es ya irrefutablemente el país más seguro de Latinoamérica. Es increíble pensar que hasta hace unos años éramos el país más peligroso del mundo. Un buen Gobierno da resultados. Un mal Gobierno da excusas. ¡Dios con nosotros!», publicó el mandatario en Twitter.
Sumando el jueves anterior se contabilizan 12 de 15 días de diciembre sin asesinatos, para alcanzar un promedio diario en este mes de 0.26.
Según datos confirmados por el titular de la Defensa, René Francis Merino Monroy, desde el 1.º de enero hasta el 14 de diciembre de este año se contabilizan 486 asesinatos.
De mantenerse la tendencia, el promedio de homicidios diarios podría ser de 1.3, el más bajo en toda la historia de El Salvador; en 2021, dicho promedio fue de 3.1.
En lo que va de diciembre se registra en promedio un homicidio cada tres días, muy por debajo de los 2.4 diarios contabilizados en el mismo período de 2021.
Las medidas de seguridad y de combate a los grupos criminales implementadas por la administración del presidente Nayib Bukele, sin el apoyo de la oposición política, integrada por partidos políticos tradicionales, ONG nacionales e internacionales y medios de comunicación afines, han permitido que El Salvador se convierta en uno de los países más seguros de Latinoamérica.
Desde que inició la actual gestión presidencial, a mediados de 2019, hasta ahora, las autoridades suman más de 260 días sin homicidios, una cifra histórica.
Para 2021 Jamaica fue la nación que más homicidios por cada 100,000 habitantes contabilizó en la región, con 49.4 muertes, mientras que Venezuela fue la segunda al tener 40.9.
Si se establece con base en la misma proporción demográfica, El Salvador podría tener nueve homicidios por cada 100,000 habitantes al cerrar 2022. Tomando esa misma tasa en 2021, la cifra fue de 17.6.
«Día con día, nuestras fuerzas del orden llevan seguridad a los salvadoreños de bien. Sin duda, este trabajo nos está dando resultados contundentes», dijo recientemente el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro.
Merino Monroy también ha destacado la baja de homicidios registrados. «Durante el régimen de excepción, la cantidad de homicidios es baja: son 186 homicidios en ese período, y en todo el año se han registrado 485 homicidios. Estamos esforzándonos por terminar con menos de 500 homicidios en todo el año», detalló.
El Gobierno del presidente Nayib Bukele, desde su llegada al frente del Ejecutivo, implementó el Plan Control Territorial, y desde marzo de este año incorporó el régimen de excepción, que ha sido prorrogado nueve veces para dotar de una herramienta legal a las fuerzas de seguridad.
Además, se han implementado cercos de seguridad focalizados en municipios donde la actividad de las pandillas aún se mantenía.
Comasagua y Soyapango han sido las primeras dos localidades donde esta estrategia se ha desarrollado.
Otra de las apuestas del Gobierno salvadoreño ha sido proporcionar nuevos y modernos equipos tácticos a los agentes de la Policía Nacional Civil y a los efectivos de la Fuerza Armada.
La aplicación de todas estas estrategias de seguridad —y a la luz de los resultados que están dejando— es respaldada por la población salvadoreña honrada, que ha sido testigo principal de los cambios que están sucediendo en los diferentes barrios y colonias.
El Salvador ha tenido un cambio significativo desde 2019 referente al clima de seguridad, y 2022 se encamina a finalizar como uno de los años más seguros en la historia del país.
La oposición política insiste en renegar de los logros alcanzados.
El mandatario salvadoreño ha reiterado que no cederá en el combate a los grupos delictivos y que los ataques que proceden de voces opositoras —tanto nacionales como extranjeras— no van a mermar la lucha por erradicar a las pandillas, priorizando que la población honrada pueda tener la paz y la tranquilidad que por muchos años le fueron arrebatadas sin que ningún gobierno mostrara preocupación.