La naturaleza y los postres son la combinación perfecta para disfrutar de Tío Checho, un espacio que se ha convertido en un manto acogedor para que las familias que residen en El Refugio, Ahuachapán, y lugares aledaños se tomen un tiempo para relajarse y disfrutar de un café, que complementa la estancia placentera.
Olvin Ramírez, creador y propietario de Tío Checho, afirma que cumplió el sueño que hace muchos años se propuso alcanzar: tener su propia fuente de empleo. Aseguró que el nombre es en honor a su tío Sergio, quien ha sido una de sus motivaciones para emprender.
Recuerda que un día, en medio de la pandemia de la COVID-19, encontró entretenido hacer del patio de su casa un jardín bonito, sin imaginar que un año después se convertiría en el escenario perfecto para tomarse una fotografía o degustar de un postre.
Afirma que el concepto fue inspirado junto con su esposa, Karen Grijalva, quien es amante de las flores y los cactus.
Olvin detalló que esta experiencia le dejó un aprendizaje familiar: romper con los miedos. Ahora sueña con abrir más establecimientos y, a corto plazo, hacer mejoras en la infraestructura de su negocio.
«Siempre tuve el sueño, me han gustado los negocios. Al principio teníamos temor de hacer una inversión, con la incertidumbre de que si iba a ser rentable o no. Era un miedo que no nos dejaba avanzar. Esto nos dejó la lección de que debemos romper con los miedos, solo lo que no se intenta no se hace posible. Gracias a Dios, a todos los clientes les ha gustado, cada día ellos mismos nos inspiran a seguir mejorando», expresó Olvin.
En el menú ofrece cheesecake, brownies, tres leches, enchiladas, nachos, hamburguesas, tacos, refrescos y café. En Facebook se encuentra como Tío Checho y se pueden hacer reservaciones para eventos.