Edgar Ramírez, el árbitro de la final Alianza-Águila, pasó la prueba mientras estuvo en la cancha, pero German Martínez, que actuaba de cuarto y entró en su lugar después que se lesionará lo superó, según la apreciación del exárbitro Elmer Arturo Bonilla.
«Lo que me queda claro es que mostró mejor actitud y desempeño el que estaba de cuarto árbitro, porque el árbitro (titular) se vio lento y lejos de la jugada, y el que entró, el cuarto árbitro, entró a hacer una función diferente: le dio tranquilidad y fluidez al juego», analizó Bonilla.
Según el excolegiado, Martínez, entró al terreno de juego con mayor condición, seguridad, experiencia y certeza de lo que tenía que hacer.
«Edgar Ramírez su personalidad fue un poco indecisa por mementos y eso le afectó al final», dijo Bonilla quien no dudó en afirmar que le pondría un 7.9 de nota por lo antes observado. «Le cortó por ratos ritmo al juego y le cuesta darle fluidez» añadió.
Por lo demás Bonilla no observó polémicas pues considera que con Martínez hubo más control y fluidez del juego.
Ramírez se lesionó cuando se cruzaba el filo de los 90 minutos y se acercaba el tiempo extra, el cual al igual que los penaltis fueron dirigidos por Martínez. Para Bonilla este tipo de lesiones son normales.