Las emisiones alemanas alcanzaron su punto más bajo en unos 70 años, ya que la mayor economía de Europa logró reducir su dependencia del carbón más rápido de lo esperado, según un estudio publicado el jueves.
La mayor economía de Europa emitió 673 millones de toneladas de gases de efecto invernadero el año pasado, un 9,8 % menos que en 2022, según el grupo de expertos en energía Agora Energiewende.
La cifra fue un 46 % menor que en 1990, acercándose al objetivo de la Unión Europea para 2030 de haber reducido las emisiones en un 55 % en comparación con el mismo año de referencia.
De hecho, las emisiones de Alemania se encuentran en su punto más bajo «desde los años 50», afirmó Agora en un comunicado, al tiempo que advirtió que el Gobierno tenía trabajo que hacer para reducir aún más la contaminación.
La caída se debe «en gran medida a una fuerte disminución en la generación de energía con carbón», dijo Agora.
Alemania recurrió al combustible a raíz de la invasión rusa de Ucrania, cuando Moscú cortó el suministro de gas al gigante europeo. Pero desde entonces, Berlín ha logrado reducir significativamente su uso.
La generación de electricidad a partir de fuentes renovables superó por primera vez el 50 % del total en 2023, mientras que la proporción del carbón cayó del 34 al 26 %, según las cifras publicadas por la agencia federal de redes el miércoles.
El recorte en el uso de carbón representó una reducción de 46 millones de toneladas en las emisiones de CO2, estimó el grupo de expertos.
El récord de energías renovables acercó a Alemania a su objetivo de producir el 80 % de su electricidad a partir de energía eólica y solar para 2030, dijo el jefe de Agora, Simon Mueller.
«En lo que respecta a la generación de electricidad, vamos por un muy buen camino», afirmó en un comunicado el ministro de Economía, Robert Habeck.
Sin embargo, la reducción de las emisiones también reflejó la fragilidad de la industria alemana, mientras que el crecimiento económico ha rondado cero.
Las emisiones industriales disminuyeron en 20 millones de toneladas, ya que la producción en industrias de uso intensivo de energía cayó drásticamente.
Sin embargo, la disminución «no es un desarrollo sostenible», afirmó Mueller.
«La caída de la producción provocada por la crisis debilita la economía alemana. Si posteriormente las emisiones se trasladan al extranjero, entonces no se conseguirá nada para el clima», afirmó.
En total, el grupo de expertos estimó que sólo el 15 % de la reducción en 2023 constituiría un «ahorro permanente de emisiones».
Para alcanzar sus objetivos climáticos, Alemania necesita una «aluvión de inversiones» para modernizar la industria y reducir la huella de carbono de la calefacción, dijo Mueller.