En estos días, en la laguna de Cuzcachapa, ubicada en el departamento de Santa Ana, se ha reportado el hallazgo del «Pez Diablo», una especie marina que se considera como un peligro potencial para todo ecosistema marino, debido a que extingue a las especies nativas.
Los voluntarios que se encargan de cuidar las aguas de la laguna tienen la hipótesis de que la especie fue llevada por otras personas. Álvaro Escalante, biólogo salvadoreño, señala que muchas personas cometen el error de liberarlo en cualquier ecosistema acuático sin conocer los riesgos potenciales que esta especie conlleva.
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«Este pez es bonito, [pero] cuando crece causa problemas. En realidad, causa daño en el ecosistema. Hay personas que creen que hacen bien al liberarlo en un medio natural. Este es un problema que se ha vivido constantemente en México. A quienes les hace más daño es a los pescadores, porque no deja reproducir otra especie», indicó.
Pero, ¿qué es el Pez Diablo?
El Pez Diablo es una especie originaria de Sudamérica, cuyo nombre científico es «Hypostomus plecostomus». Su particular nombre se debe a que fue encontrado por primera vez hace 25 años en México, específicamente en el río Mezcala, en la cuenca del río Balsas, en la zona de la presa Infiernillo, por la cual obtuvo el nombre por el que se le conoce popularmente.
Este mismo pez fue encontrado también en varias localidades cercanas a Villahermosa (Tabasco), principalmente en el río Usumacinta y en sus vertientes. Puede alcanzar a medir hasta 40 centímetros y puede tener una duración de vida de hasta 15 años. Por lo general, son especies adaptables, es decir, que pueden convivir en muchos tipos de condiciones sin que su dinámica de vida sea afectada.
Un depredador de especies
Según el Ministerio de Gobernación de México, la invasión de este tipo de pez se caracteriza por una alta tasa de dispersión y por la rápida forma en la que prolifera, lo que provoca que sus poblaciones aumenten rápidamente en los ecosistemas en los que se instala.
Esta especie también es conocida por su particular morfología, su fisiología y su comportamiento. Científicamente es considerado un depredador natural de especies nativas de ecosistemas acuáticos, ya que se alimenta de huevecillos, lo que provoca la extinción gradual de otras especies de peces.
Esta depredación de especies puede incidir directamente en la actividad económica de una región, sobre todo, en la pesca, ya que la presencia de esta especie deriva en una reducción de otras debido a la ingesta de huevecillos que el pez diablo produce al alimentarse.
Un depredador sin depredadores
Su aspecto también lo vuelve un animal difícil de ser víctima de otros depredadores, debido a sus escamas abundantes con espinas y a una placa ósea rígida y compacta, la cual le permite tener un efectivo sistema de defensa contra depredadores más grandes.
Esto provoca también que el pez diablo sea una especie bastante territorial, además de que el cocodrilo, uno de sus pocos depredadores naturales, no suele ser una especie que habite en muchos ecosistemas acuáticos en toda América Latina.
En 2011, medios informativos de México señalaban una invasión de esta especie en varios ecosistemas acuáticos de ese país. Además, en Estados Unidos, Japón, Filipinas y otras naciones en el mundo han enfrentado esta amenaza, la cual puede arrasar con las especies nativas de lagos, lagunas o ríos.