Ricardo Sosa, experto en criminología y seguridad, insistió en que se debe crear un «Registro o censo nacional de personas desaparecidas por crimen organizado, pandillas o persona particula», el cual le permita al país conocer la magnitud y tener una mejor aproximación del fenómeno, así como ponga fin a los mitos que se han generado en torno a la problemática.
De acuerdo con el abogado, durante el período de enero de 2010 a mayo de 2019 se registraron en sedes fiscales a nivel nacional al menos 31,000 denuncias de personas desaparecidas en El Salvador; sin embargo, es de la opinión que esa cifra no es real porque «muchas de esas denuncias se convirtieron en homicidios, la mitad aproximadamente apareció con vida y sin delito, otro porcentaje se encuentra enterrado a lo largo y ancho del territorio nacional sin haber sido encontrado, y una cantidad no determinada continúa desaparecida, no localizada».
Actualmente, el país cuenta con dos registros, el de la Fiscalía General de la República y el de la Policía Nacional Civil, cuyos números no distan uno del otro. De crearse un registro único, debería incluirse las cifras que menejen, en caso de existir, organizaciones y asociaciones de familiares de desaparecidos de la década anter o la actual, propone Sosa.
El censo agrega, ayudaría a tener centralizada la información, homologada, depurada, actualizada, en tiempo real, confiable, funcional, amigable, con un mínimo subregistro o cifra negra, perfiles de víctimas y victimarios. Asimismo, la plataforma generaría reportes, evidencia, indicadores y otros datos útiles para el diseño de políticas públicas de prevención y disuasión, así como de investigación.
«Este instrumento es vital para marcar un antes y un después en el fenómeno de los desaparecidos, ya que, al presentarse una denuncia, de inmediato y en tiempo real se actualiza el sistema para todas las instituciones e involucrados; además, permitiría ingresar la información de manera inmediata al ser localizada y ubicada con o sin vida», aseguró el experto.
Según Ricardo Sosa, ha llegado la hora de profundizar en la investigación especializada del fenómeno pero con un enfoque victimológico y utilizando las técnicas criminológicas, ciencia de los datos, estadísticas, técnicas de análisis y rastreo, «big data», software de primera generación, app, inteligencia artificial y, en general, todas las tecnologías de la información y la comunicación que nos permitan ubicarlos, localizarlos y llevarlos de regreso a casa. Las personas desaparecidas deben hacernos falta a todos como sociedad y no solo a sus familias.