Una vez más el «Señorío de Cuzcatlán» y el fútbol doméstico fueron profanados. Alianza se desplomó ante Motagua, perdió la dicha de seguir representando al país en la Liga Concacaf, y lejos de abundancia desnudó las carencias del balompié criollo ante las naciones vecinas.
Como le sucedió a FAS y Municipal Limeño en fase previa, Alianza acabó con el ceño fruncido en el Cuscatlán, y se despidió de un «diminuto» torneo que se ha agigantado para la calidad del fútbol que se exhibe en la tierra de los Pipiles.
La falta de representación cuscatleca en la Liga Concacaf, y aún más la eliminación temprana en casa de históricos en el país como FAS y Alianza son un claro manifiesto de que ya no es necesario cruzar el río Paz o el Guascorán para evidenciar la decadencia en el fútbol nacional.
Más allá de que los paquidermos hayan doblado rodilla por la vía de los penaltis y el rival tenga algún peso centroamericano, en la cancha las diferencias entre la calidad de un equipo y otro fueron manifiestas y si se llegó a la «lotería» fue porque en cierta forma la fortuna y el arbitraje acompañó a los blancos en los 90 minutos reglamentarios.
Al final, sin embargo, el «dios fútbol» extendió el brazo de la justicia para beneficiar al Motagua con el empate en extremis y para quedarse con el partido desde los 12 pasos.
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En los ecos del resultado final, el estratega español Juan Cortés, reconoció el poderío y profundidad que exhibió el Motagua, pero se abstuvo de calificar el paso del fútbol salvadoreño por el escrutinio regional.
«Se compitió ante un equipo muy muy bueno y que lleva mucho más ritmo que nosotros. No sé si es fracaso o no y no me corresponde a mí hacer esa evaluación», dijo al cuestionarle sobre el fallido intento de avanzar de ronda.
Lo cierto es que, se quiera ver como fracaso o no, El Salvador ya no tendrá representación en la Liga Concacaf, y que equipos como FAS y Municipal Limeño sucumbieron frente a equipos sin tradición y pocos conocidos.
Los tigrillos para sorpresa y escándalo fueron eliminados por el Managua de Nicaragua y a los mantequeros los dejó en el camino el Forge FC de Canadá.
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En el caso de los santanecos y santarroseños la marcha temprana, y más aún en fase previa de Liga Concacaf no estaba estipulada y cayó como balde de agua fría pues minó no solo intereses deportivos.
El renglón final al cuento de terror en el césped del Cuscatlán lo escribió Alianza inundando con su derrota la última salida de sol que quedaba para el fútbol salvadoreño.