El FMLN maneja un doble discurso cuando se trata de libertad religiosa: guarda silencio ante la represión que el régimen dictatorial de Daniel Ortega ha impuesto a los nicaragüenses en este período de conmemoración religiosa de Semana Santa y se queja del reordenamiento del Centro Histórico de San Salvador, que es una zona en la que se desarrollan e incentivan las actividades religiosas.
Actualmente, según reportan medios locales y agencias de noticias, el régimen de Ortega ni siquiera ha permitido procesiones, actividades representativas de este período de conmemoración católica.
De hecho, el Gobierno nica de izquierda prohibió desde febrero que la Iglesia católica celebrara la cuaresma y ordenó que la Policía Nacional vigilara que los ciudadanos no sacaran a las calles imágenes o estatuas de santos.
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A todas estas prohibiciones religiosas se suma el hecho de que el sacerdote claretiano Donaciano Alarcón fue expulsado el martes pasado de Nicaragua por el régimen orteguista y fue trasladado por las autoridades policiales a la frontera con Honduras.
«Me metieron en una patrulla con dos policías y me llevaron a la frontera [con Honduras] y ahí me hicieron cruzar y me dijeron: “Usted está fuera del país y no puede regresar más”», relató el sacerdote, quien durante un año y medio fue párroco en la localidad de Cusmapa.
Actualmente, las relaciones diplomáticas entre la Nicaragua sandinista y el Vaticano están al borde de la ruptura después de que el 12 de marzo el Ministerio de Relaciones Exteriores nica anunció que «se ha planteado una suspensión de las relaciones diplomáticas».
A diferencia de Nicaragua, en El Salvado —con el Gobierno del presidente Nayib Bukele— los ciudadanos gozan de completa libertad religiosa, cualquiera sea el credo y pueden disfrutar, para el caso de los católicos, de la Semana Santa en completa paz y tranquilidad debido a los resultados en seguridad pública que ha obtenido el Ejecutivo.
Una de las zonas más seguras y emblemáticas de las celebraciones religiosas de Semana Santa es el Centro Histórico de San Salvador y la recién recuperada y rehabilitada zona de la iglesia El Calvario. Para fomentar la inversión y el desarrollo de la zona, la Asamblea aprobó en la sesión plenaria de la semana pasada la Ley de Creación de la Autoridad de Planificación del Centro Histórico de San Salvador.
Por esa ley, que garantiza el desarrollo de dicha zona capitalina, los diputados del FMLN no votaron a favor, el mismo partido que guarda silencio por la represión religiosa en Nicaragua.
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Según el registro de votación electrónica de la Asamblea Legislativa, los cuatro diputados farabundistas se abstuvieron de votar por la iniciativa de ley, que propuso el grupo parlamentario de Nuevas Ideas con el respaldo de GANA, PCN y PDC.
La fracción de ARENA votó —nuevamente— dividida: un voto en contra (Silvia Ostorga, subcoordinadora de la fracción), una abstención (Francisco Lira) y ocho no votaron. VAMOS votó en contra y Nuestro Tiempo se abstuvo.
No es la primera vez que el FMLN guarda silencio ante la violación de los derechos humanos por parte del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. Sin embargo, aquí en El Salvador mantiene un discurso de constante ataque en contra del régimen de excepción por la supuesta vulneración de los derechos de los pandilleros.
En agosto del año pasado, el régimen orteguista atacó nuevamente a la prensa independiente de ese país, pero el grupo parlamentario del FMLN tampoco se pronunció para condenar el hecho.