A 15 kilómetros de San Salvador, se encuentra el turicentro Los Chorros, un sitio único que combina la naturaleza con la diversión. Al entrar se respira un aire fresco mezclado con el petricor que se genera por el agua que emana de los diversos nacimientos.
El nombre del sitio, que cuenta con 12 manzanas, proviene de los nacimientos cristalinos de agua lluvia que se filtra en el volcán de San Salvador.
Fue inaugurado en 1952 en homenaje a Raúl Contreras, un poeta, dramaturgo y diplomático salvadoreño, quien es considerado padre de los turicentros dada la labor que desempeñó cuando fue presidente de la Junta Nacional de Turismo.
Al pasar la puerta principal de Los Chorros se observa un amplio parqueo -hasta para 100 vehículos- y unos metros más adentro están dos de las cuatro piscinas que dan la bienvenida a los turistas.
Es justamente el agua natural una de las razones por la cual el turicentro se convierte en un lugar diferente a cualquier otra experiencia, ya que sus populares piscinas están llenas de agua que emergen de las paredes boscosas.
«Todas las piscinas son naturales y de aguas corridas. Tenemos la piscina del nacimiento o principal, que es llamada así porque abastece a las otras piscinas. Esa tiene una profundidad de máxima de 2.20 metros con una disminución a 1.50 centímetros; la piscina la Isla, tiene una profundidad máxima de 1.70 y la mínima de 1.50. La piscina de niños tiene entre 50 y 60 centímetros y la piscina familiar, que posee un tobogán, tiene la profundidad máxima de 1.50 y la mínima de un metro», explica Ángel Soriano, coordinador de actividades de mantenimiento.
El sitio turístico es visitado tanto por lugareños, como por personas que viajan del interior del país, quienes desde antes que abra el recinto se encuentran haciendo fila para ingresar.
Llegada la hora del almuerzo, los ocho chalets que se encuentran en su interior le ofrecen al turista diversidad de platillos con precios accesibles, aunque también permiten el ingreso de comida. Cerca a los negocios existe un área de juego, donde los pequeños pueden esperar mientras se prepara la comida.
Otras de las atracciones importantes que posee el turicentro es el Jardín de los Poetas, llamado así porque en él se encuentran placas conmemorativas de poetas y escritores destacados de El Salvador.
«Allí también tenemos la tumba del poeta Raúl Contreras, fue su deseo que las cenizas quedarán aquí. Gerard Le Chevallier, nieto de Raúl, también pidió como deseo que sus cenizas fueran enterradas a la par del abuelo», relata Ángel.
El recorrido dura media hora y termina en el sendero «el Cipitío», conocido así porque al final del camino se encuentra una escultura de este personaje, la cual se encuentra desde la inauguración del parque turístico.
«Anteriormente también estaba la Siguanaba, y porque el sitio está en un área boscosa, según la creencia, antes salían el Cipitío y la Siguanaba. ¿Realidad o mito?, quién sabe, pero hoy forma parte de la historia», detalla.
La caminata incluye una visita a la Cueva del Amor, donde se pueden tomar fotografías para el recuerdo.
Actualmente, la zona de senderismo está cerrada por mantenimiento.
Se espera que al finalizar febrero sea reabierta al público, quienes deberán pedir en caseta el acompañamiento de un guía.
Aparte del entorno natural, el clima frío y la riqueza de flora y fauna, otro punto a favor que tiene Los Chorros es la facilidad con la que turistas nacionales y extranjeros pueden llegar. El promedio de tiempo de San Salvador al sitio turístico oscila la media hora (cuando hay vía despejada), y se puede buscar en la calendarización del Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU) las salidas de los Buses Alegres hacia el lugar.
EL SANTUARIO DE GATOS
El compromiso de Los Chorros no solo es resaltar la belleza de su flora y sus nacimientos de agua, sino también proteger la fauna, prueba de ello es el santuario de felinos que posee.
«El santuario es algo que se nos ha venido agregar, ya que la gente puede ir y ver cómo los gatitos descansan en un lugar que se les ha acondicionado solo para ellos. La administración del parque siempre está pendiente de los gatos, de su alimentación, limpieza, agua y el cuido de ellos», relata el coordinador.