Mañana lluviosa en Filadelfia. Pero eso no es impedimento para tener el primer contacto con el estadio Subaru Park, la sede del juego de vuelta por octavos de final de Concacaf Liga de Campeones entre Philadelphia y Alianza, que dejaron todo para ese compromiso tras firmar un empate sin goles el martes pasado en el Cuscatlán.
En inevitable que el puente aéreo que ronda el estadio Subaru no atrape al ojo del humano. Al fondo está, apacible, el río Delaware, que suma más atractivos a ese escenario deportivo, con capacidad para casi 20,000 personas.

Este martes, esa maravilla de la naturaleza será testigo del la tristeza de un equipo y el disfrute del vencedor, que tendrá como premio el boleto a cuartos de final de Concacaf Liga de Campeones
El cielo de Philadelphia sigue lloroso. Tras marcar tarjeta para acceder al Subaru se comienzan a leer todos los logos que marcan la identidad corporativa. Eso te deja claro que estás dentro del Subaru Park, la casa del equipo de la serpiente. Al fondo, los encargados de la tecnología dejan los cronómetros a cero con el respaldo de los auspiciadores de Philadelphia.
El estadio está quedando listo. En las gradas hay un hombre que se encarga de limpiar las butacas y otros tres están en la cancha para dejar de a toque el pasto natural que pisarán albos y las serpientes.
En síntesis, todo está listo en el Subaru. Pareciera que todo esta cronometrado para recibir el juego entre Philadelphia y Alianza.




