Convicción, coraje y valentía son valores que caracterizan a los integrantes de la Fuerza de Tarea Naval Tridente (FTNT) de la Fuerza Naval de El Salvador, que desde 2015 se dedican a resguardar la costa salvadoreña contra el narcotráfico internacional y que, desde la implementación del Plan Control Territorial, en junio de 2019, ha dado duros golpes contra estas estructuras criminales con la incautación de más de 25 toneladas de cocaína valuadas en $547.13 millones.
La FTNT es una unidad élite y, por lo tanto, su recurso humano debe estar altamente calificado para desarrollar diversas tareas, y por ello debe cumplir habilidades como buena condición física, haber estudiado el curso de infantería de marina básico, tener nivel avanzado de buceo y nadador; diferentes adiestramientos de navegación como costera o la de estima (en náutica permite saber de situación inicial, rumbo y velocidad, etc.); y deben tener conocimiento de todos los medios electrónicos utilizados en la Fuerza Naval e intachable conducta pública y dentro de la institución.
El comandante de la Naval Tridente, capitán de corbeta Carlos López Aguirre, menciona que las anteriores habilidades y cualidades son esenciales para que los aspirantes logren el ingreso a la unidad élite y que luego se afinarán como parte de su adiestramiento.
«Dentro de esas habilidades también puedo mencionar que deben tener coraje, valentía, estar conscientes y sabedores del trabajo y la importancia que esto representa, porque no cualquiera forma parte de la unidad, y a la hora de tener que ir a navegar puede ser un tiempo bastante prolongado bajo condiciones extremas; entonces, debe estar psicológica y mentalmente preparado para cumplir lo que se requiere para que se tenga éxito en la operación que llevará a cabo», afirma.
Tanto el comandante como los integrantes del equipo marítimo se muestran orgullosos de los resultados obtenidos por la FTNT en la lucha contra el narcotráfico, que ha sido reconocida por nacionales y extranjeros.
«La verdad es que es un orgullo para mí estar en esta unidad llena de tanto prestigio, y no solo para mí: es todo el equipo de trabajo que nosotros tenemos, todo estamos con el mismo orgullo, con el mismo ímpetu de trabajo por el mismo hecho, los resultados del trabajo realizado, pues nos hacen ver de diferente forma no solo a escala nacional, sino también a escala internacional», asegura López Aguirre.
La alta capacitación y el adiestramiento de los navales les ha permitido ejecutar incautaciones históricas de narcóticos a grandes distancias en altamar; también registran la detención de 50 narcotraficantes.
Entre las incautaciones más significativas está la del 27 de diciembre de 2021, que se convirtió en récord al confiscar 4.1 toneladas de cocaína y se volvió en un reto para el equipo debido a la cantidad de droga. Otra que destaca es la de febrero de este año, debido a que se llevó a cabo a 512 millas náuticas o casi 1,000 kilómetros de la costa.
A la lista se agrega la ejecutada el 29 de agosto, cuando se confiscaron 3.6 toneladas de droga en dos operativos. «La complicación se vuelve desde que nosotros hacemos la intervención, poder transportar todo ese producto incautado hacia puerto, hacer la cadena de custodia, cuidar al personal que fue interceptado en esa ocasión, brindarle todas las atenciones de comida, de primeros auxilios, hasta entregarlos en puerto de forma segura a las autoridades correspondientes», dice el comandante.
HASTA 25 DÍAS EN ALTAMAR
Por ser una unidad élite, los navales están altamente capacitados para todas las condiciones adversas que puedan prologar sus estancias en altamar hasta por 25 días, pero con abastecimiento logístico de provisión de comida, combustible para las embarcaciones, entre otras necesidades por suplir.
Además, el grupo tiene suficiente personal para desarrollar las rotaciones necesarias en el área de trabajo dentro de la zona jurisdiccional, que son 200 millas náuticas o incluso en aguas internacionales.
A parte de la sobrevivencia, los marinos deben cargar todo el equipo de protección y táctico, que consta de un casco, un chaleco antibalas que pesa alrededor de 30 libras, cámaras GoPro, lentes, coderas, rodilleras, fusiles, botas especiales y sus equipos de localización personal, los cuales están codificados, y así, en caso de que ocurra un incidente, se sabe quién es la persona que lo tiene asignado.