La designación de un Estatus de Protección Temporal (TPS) para inmigrantes guatemaltecos que residen de forma irregular en Estados Unidos es una de las peticiones que ha puesto sobre la mesa el gobierno de Guatemala en el marco del fortalecido acercamiento con la potencia del norte de cara a la implementación de un plan para el Triángulo Norte de Centroamérica.
El canciller de Guatemala, Pedro Brolo, reconoció en conferencia de prensa realizada después de la reunión que sostuviera la vicepresidenta Kamala Harris con el presidente Alejandro Giammattei y sus respectivos equipos -el lunes- que, una designación del beneficio migratorio para su país contribuiría a la estabilidad de los miles de sus compatriotas que trabajan de forma indocumentada en Estados Unidos.
Guatemala lidera en estos días la relación con Washington en los encuentros para definir la estrategia regional con una multimillonaria inversión de 4.000 millones de dólares, que prevé destinar la administración del presidente Joe Biden, para reducir la migración irregular de centroamericanos hacia la nación norteamericana.
«El tema del TPS siempre está sobre la mesa, nosotros tenemos fe y esperanza de que vamos a tener una respuesta, lo más pronto posible y que sea positiva. Creemos que es importante y muy oportuno porque estamos en ese proceso, y este 2021 es un año de reconstrucción y reactivación económica, y siendo Guatemala un país que recibe una contribución muy grande de remesas, arriba del 13% del Producto Interno Bruto (PIB), creemos que el TPS les daría mayor seguridad y certeza a los connacionales que están en Estados Unidos para que puedan tener más y mejores trabajos», opinó el canciller Brolo.
La petición de un TPS para Guatemala se sustenta en los desastres naturales causados por cuatro huracanes que el año pasado destruyeron gran parte de la matriz agrícola del país centroamericano y que, por añadidura, han contribuido en acelerar desplazamientos internos y migraciones, estima el gobierno de Guatemala.
Hasta 2017, según estimaciones del Centro Pew, unos 650.000 guatemaltecos vivían sin documentos en Estados Unidos, con una tendencia en crecimiento; datos captados de proyecciones del Censo de Población de Estados Unidos para ese año. Pero el Instituto de Políticas Migratorias (MPI) subía la cifra a los 959 mil, al cruzar los datos oficiales con otras variables del fenómeno en el año 2018.
Guatemala viene solicitando un TPS para sus emigrantes desde las administraciones de George W. Bush, (2001–2009), Barack Obama (2009-2017) y Donald Trump (2017–2021); todas las peticiones bajo el contexto de desastres causados por fenómenos naturales en el país centroamericano. Pero nunca se obtuvo.
La designación de un TPS para el país centroamericano, único del Triángulo Norte que no goza de un beneficio migratorio vigente para inmigrantes irregulares, genera esperanzas en la comunidad guatemalteca en Estados Unidos al ofrecer una posibilidad de trabajar de manera legal y optar por trabajos en el sector formal de la economía con mejor remuneración.
El director ejecutivo de la Asociación Guatemaltecos sin Fronteras, en Washington, Carlos Lam, cree que si su país logra un acuerdo exitoso con Estados Unidos en las robustecidas relaciones que se han manifestado estos días, supondría un fuerte apoyo para sus compatriotas.
«El TPS sería muy positivo para los guatemaltecos inmigrantes ya que tendrían acceso a mejores trabajos, lo que redundaría en acceso a vivienda propia, incremento del poder adquisitivo y por ende, aumentarían las remesas y se reactivaría el turismo en Guatemala dando una importante inyección a la economía… Tengo la esperanza de que con la asignación de la vicepresidenta Kamala Harris para trabajar el tema de la migración irregular, el TPS sea una consideración en dichas políticas de parte de Estados Unidos con Guatemala», dijo Lam a la Voz de América.
Sin embargo, dado el ambiente tenso en cuanto al tema migratorio tiene serias dudas de que la administración Biden opte por este beneficio para los cientos de miles de inmigrantes guatemaltecos que ya viven y trabajan en suelo estadounidense.
Su duda parte de que, como ya se mencionó anteriormente, negociaciones similares con las administraciones de Bush, Obama y Biden acabaron en nada.
En el contexto de la renovada relación con Centroamérica, donde Guatemala despunta como el líder de la región para la operación del ambicioso plan para el Triángulo Norte, el secretario de Estado, Antony Blinken, ha declarado que Estados Unidos apuesta por todas las líneas de cooperación y acuerdos con la región y sus socios del vecindario sur.
«El presidente Biden y la vicepresidenta Harris han establecido un enfoque ambicioso y de múltiples niveles para abordar las causas fundamentales de la migración irregular y fortalecer una gestión colaborativa de la migración en Centroamérica, el anuncio que realizó ayer la vicepresidenta [de ampliar la cooperación] representa el próximo paso correcto para mejorar las condiciones y brindar asistencia vital y enfocada en la protección de las personas y comunidades vulnerables en la región», puntualizó el secretario Blinken a través de un comunicado.