A 15 horas en carro al sur de la ciudad de Nueva Delhi se encuentra Indore, una ciudad que busca transformarse sosteniblemente. Su infraestructura, si bien no deja lo tradicional, comienza a mostrarse más occidentalizada en sus comercios. Aunque más allá de ello, lo sorprendente radica en su limpieza.
Indore ha ganado el reconocimiento de la ciudad más limpia de India por siete años consecutivos gracias a que ha estimulado entre sus pobladores diversas técnicas de reciclaje y reutilización de la basura.
Asimismo, tiene la mayor planta de tratamiento residual de India, con la cual obtiene compostajes y producción de gas que permite alimentar a más del 50 % de los autobuses que circulan en la ciudad. También dentro de los diferentes procesos que hace la planta se encuentra el tratamiento de las aguas negras que produce la sociedad.
Todos estos factores hacen que la atmósfera reduzca su carga de polución en el aire, por lo que se vuelve un pilar a seguir para los 28 estados que conforman India, no solo por esta hazaña, sino también en su apuesta por la educación y la formación para que las personas retomen el control de la crisis de los desechos que antaño les aquejaba.
El método Indore emplea a unas 15,000 personas en la gestión de desechos y lo vuelven un ejemplo de cómo se puede contrarrestar la creciente contaminación en el planeta a corto plazo.