Hace 114 años, en el Portal de Los Bernal, junto al parque Kessels, se erigió un inmueble de estilo ecléctico que ha sido la casa de eventos culturales por más de un siglo, y que hoy celebra un aniversario más de promover las artes de compañías escénicas en el corazón de la ciudad morena.
El Teatro Nacional de Santa Ana fue inaugurado el 27 de febrero de 1910, presentando a la Compañía de Ópera Sigaldi y declarado Monumento Nacional en 1982, según detalla el Ministerio de Cultura.
Este inmueble es considerado de estilo ecléctico por las diversas influencias arquitectónicas con las que fue construido, incluyendo frontones del Renacimiento, columnas compuestas del estilo griego, arcos de medio punto del románico, tímpanos del grecorromano y almohadillados.
El Teatro Nacional de Santa Ana ha promovido el arte, la cultura y la educación en la zona occidental de El Salvador por medio de presentaciones artísticas, conciertos de orquestas, obras teatrales, entre otras formas de arte.
Esta obra arquitectónica fue construida especialmente para representaciones de ópera, ya que cuenta con una caja de resonancia que permite optimizar la acústica dentro del recinto.
Turistas nacionales y extranjeros han apreciado, por más de un siglo, la belleza arquitectónica de este inmueble ubicado en el corazón de Santa Ana, con sus imponentes fachadas que ostentan ventanas en forma de arco de medio punto agrupadas en tres, así como ventanas de vano recto con barandilla tipo mazorca y de arco rebajado.
Su fachada norte posee un acceso al centro y ventanas de arco rebajado, rectas y agrupadas de arco de medio punto.
Este 27 de febrero, la cultura salvadoreña celebra los 114 años de existencia de uno de los recintos históricos más emblemáticos del país, que, junto a la catedral de Santa Ana, forman un paisaje arquitectónico en el centro de la ciudad morena.