Fátima Guadalupe continúa con los sueños de convertirse en una chef profesional y en una jugadora de baloncesto. Pero ahora a esto se suma el anhelo más grande: vencer el cáncer, continuar con su vida y tener el tiempo suficiente para cuidar a sus padres cuando estén ancianos.
A esta joven de 16 años y estudiante de bachillerato, se le detectó un tipo de cáncer llamado linfoma linfoblástico hace dos años y desde ese momento sus padres y toda su familia han estado haciendo oraciones, actividades, peticiones para poder ayudar a su hija, comprar sus medicamentos y lograr que pueda recuperarse de esta enfermedad.
«En el 2009, cuando ella tenía cinco años, vimos que tenía una ronchita pequeña, por lo que no le prestamos atención. Sin embargo, conforme el tiempo iba pasando nos dimos cuenta que iba creciendo y que esto le impedía poder caminar bien. Es allí donde descubrimos que era un tumor de crecimiento rápido, que se debe a que tiene demasiados glóbulos blancos inmaduros que se diseminan en otros lugares del cuerpo», enfatizó María Quintanilla, madre de Fátima.
María, junto a Marco Molina, padre de la joven, aseguran que pese a todas las adversidades que han pasado durante estos años, tienen fe que su hija se va a recuperar. «Somos creyentes, ella es un milagro de Dios desde su nacimiento, su nombre es en honor a la virgen de Fátima y estamos seguros de que ella la cuidará y saldrá sana de todo esto» enfatizaron.
De acuerdo con los doctores de Fátima, el linfoma está avanzando hacia la médula espinal y esto puede complicar su cuadro médico; sin embargo, los padres de la joven están haciendo todo lo posible para poder continuar con los tratamientos y las quimioterapias que iniciaron el año pasado. «Es difícil como padres verla que ella está mal, llorando de dolor o en cama, pero pese a todo esto debemos de ser fuertes, y confiar en lo que nos dicen los doctores, pero especialmente debemos dejar todo en las manos de Dios» expresó Marco.
Fátima asegura que para ella, una de las dificultades más grandes que ha pasado desde que supo que tenía cáncer es haber iniciado sus quimioterapias en marzo del 2020, no solo por lo complicado de los tratamientos y los efectos ocasionados en su organismo, sino también porque en esos momentos inició la cuarentena y todos los procesos médicos y familiares se complicaron.
«Pasé los días más difíciles cuando inició la cuarentena, en marzo del año pasado, porque en esos momentos inicié mi tratamiento para eliminar el cáncer. Las primeras quimioterapias eran difíciles, ya que todo se complicó por la pandemia, pero eran tan fuertes que sentía que quedaba paralizada totalmente, no podía moverme, hubo días tranquilos, pero días malos que solo tenía ganas de pasar en la cama acostada por los dolores» indicó Fátima.
María y Marco aseguran que continuarán luchando por sacar adelante a su hija y por «crear la mayor cantidad de memorias posibles junto a ella».
Para Fátima, sus padres son una prioridad y gran parte de su lucha por vivir se resume también en el hecho de que quiere verlos envejecer y estar a su lado. Con lágrimas en su rostro, la joven manifestó que siempre trata de ser fuerte para apoyarlos y que ellos no sufran tanto por su situación, pero asegura que confía en que Dios la librará de esta situación y le dará la oportunidad de tener vida para ver a sus padres felices.
«Debemos disfrutar cada día con la familia, con nuestros padres, agradecer a Dios por lo que nos da y también por lo que no nos da, la vida siempre pone pruebas difíciles, pero hay que poner lo mejor de uno y nunca olvidar que Dios es el único que te puede ayudar en los peores momentos» finalizó Fátima.