La analista Julia Evelyn Martínez, catedrática expulsada de la UCA, aseguró que la oposición política tenía la ilusión y confianza que el Gobierno de los Estados Unidos no iba a permitir la inscripción de la candidatura presidencial de Nayib Bukele, sin embargo, dijo que sus cálculos políticos no acertaron, de modo que calificó de «baldazo de agua fría» el espaldarazo que ha recibido presidente para competir por un segundo mandato.
«Yo siento que esto [el espaldarazo] le ha caído a los candidatos de la oposición política como un balde de agua fría. Yo tuve la oportunidad de hablar con algunas personas antes de este espaldarazo que le daba Estados Unidos al Gobierno de El Salvador y me decían: “Es que nosotros ya hablamos allá con los congresistas, ya hablamos con fulano de tal y nos han dicho que no van a permitir esto [la reelección]. Entonces [los candidatos de la oposición] estaban un poco ilusionados que Estados Unidos iba a intervenir [en el proceso electoral», expresó la analista en la entrevista Diálogo 21.
Agregó que hubo personas que incluso le plantearon que Nayib Bukele «no se iba a inscribir» como candidato en el Tribunal Supremo Electoral (TSE), sin embargo, «cuando ven que no solo inscribe, sino que, con el apoyo, con el aval, con la bendición del Gobierno de los Estados Unidos pues esto ha caído muy mal [en la oposición]».
En el contexto de la inscripción presidencial de Nayib Bukele el secretario adjunto para asuntos del hemisferio occidental de los Estados Unidos, Brian Nichols, visitó El Salvador y dijo en un espacio de entrevista televisivo que la reelección presidencial es un tema que únicamente deben definir los salvadoreños.
Según el alto funcionario estadounidense puede existir un amplio análisis sobre la «legalidad y legitimidad» de la reelección, pero «es un debate para los salvadoreños».
Además de ese antecedente, la semana pasada, el embajador de los Estados Unidos en El Salvador, William Duncan, dijo que las elecciones generales del próximo año no generan incertidumbre política a escala nacional ni internacional, porque El Salvador «ya tienen una tradición de elecciones libres, calmadas».