Ahora que el país ha iniciado con el plan de vacunación a escala nacional y que la mayoría de los salvadoreños ya están de vacaciones, es importante que la población que ya fue vacunada, que incluye a personal de primera y segunda línea, además de docentes, continúe siguiendo las medidas de bioseguridad necesarias para evitar contagios por la COVID-19.
Durante más de un año, las autoridades han hecho énfasis en que todas las personas usen la mascarilla, mantengan el distanciamiento social y se laven las manos constantemente, entre otras medidas sanitarias. Actualmente, y ya con más de 70,000 salvadoreños vacunados, estas recomendaciones se mantienen, especialmente en estos momentos que, según las autoridades de Protección Civil, más de 26,000 veraneantes ya se movilizaron hacia distintos puntos turísticos de todo el país.

Para el doctor José Adán Martínez Alvarenga, jefe de la división de regulación, normalización y vigilancia del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), la vacuna que se está utilizando a escala mundial, independiente de su marca, genera una inmunidad que permitirá evitar el desarrollo de cuadros graves de la COVID, esto quiere decir que la vacuna no exime de que las personas puedan contagiarse, pero sí ayuda a que los síntomas sean menos graves y que las hospitalizaciones y la mortalidad disminuyan en gran medida.
«Es decir que aunque uno tenga todo el esquema de vacunación completa, que en este momento son dos dosis, esa persona debe de mantener las medidas de bioseguridad que se han utilizado durante la pandemia como el distanciamiento físico de más de dos metros, el uso de mascarillas quirúrgicas o KN95, dependiendo del nivel de riesgo, el lavado de manos constantes de manos con agua y jabón y el uso del alcohol gel, en caso de no existir la posibilidad de hacerse el lavado con agua y jabón, para evitar contagiarse» enfatizó Martínez.
Además, señaló que en estos días de vacación hay que evitar las visitas a centros turísticos, restaurantes, bares y centros comerciales donde hay aglomeraciones de personas, además de evitar el acercamiento a grupos grandes, especialmente si no son del mismo clúster.
«En lugares donde hay aglomeraciones de grandes grupos de personas es donde nosotros vemos en estos momentos que la gente ha relajado las medidas, incluso no están utilizando las mascarillas y esto pone en riesgo el aparecimiento de nuevos brotes de COVID en la población», señaló.
Por su parte, según la doctora Margarita Rodríguez, es fundamental continuar con las medidas sanitarias hasta que un porcentaje importante de personas esté vacunado, «esto se logrará a través de la inmunidad de rebaño, lo que ayudará a los que no están vacunados y disminuirá la probabilidad de infección» sentenció.
Para Rodríguez, el hecho de que alguien tenga la primera dosis de la vacuna no significa que puede salir sin mascarilla y exponerse o exponer a otros al virus, de hecho, aún después de puesta la segunda dosis, todavía hay que esperar un tiempo largo para generar un porcentaje de anticuerpos. Este proceso tarda más o menos 3 semanas a partir de la primera dosis y se completa más o menos en las primeras 12 semanas, momento en el cual se coloca la segunda dosis de la vacuna.
«La vacuna no es que ya me vacuné, ya soy libre, salgo sin mascarilla, me reúno con todo el mundo y ando feliz como hacía en mi vida anterior. No. Para que esto pase, estamos muy distantes, porque esto es algo mundial, tendría que estar una gran cantidad del mundo vacunado para poder hacer nuestra vida igual o similar a la anterior» enfatizó.
