A pesar de que el efecto del liderazgo es tan importante y profundo, cada líder enfrenta ciertos enemigos que quieren dañar todo lo positivo que se haya realizado. Existen tres condiciones mínimas necesarias para que una persona sea considerada líder; esas condiciones se afectan recíprocamente y permiten el crecimiento del liderazgo.
La primera parecería sencilla y se refiere a que un líder tiene seguidores. Usted podrá tener amigos, empleados, familiares, pero si no tiene personas que lo sigan y se encuentren convencidos de que usted tiene algo que le hace seguirle, no podría considerarse un líder; entre más seguidores, mayor confirmación del liderazgo que tiene.
La segunda condición es que un líder posee influencia en las personas que lo siguen. Un líder no solo logra que las personas que lo siguen se movilicen, lo cual es en sí algo difícil, sino que también consigue que las personas alcancen resultados mayores que los que regularmente alcanzan, es decir, orienta y apoya para incrementar los resultados; de cierta manera, les hace crecer, les hace movilizar sus recursos para alcanzar resultados que no alcanzarían de no contar con la seguridad que les confiere el líder.
La tercera condición tiene que ver con que un líder tiene claridad de un objetivo; dicho objetivo regularmente tiene un sentido de bienestar para los seguidores, permite que les inspire y ayuda a generar la influencia en su comportamiento, pues las personas alrededor identifican que ellos también ganan al apoyar el proyecto del líder, generándose la condición de ganar-ganar.
Entonces, ¿por qué aseguro que pueden existir enemigos del liderazgo? Es sencillo, porque las personas que no comparten la visión o el objetivo intentan desacreditar al líder, intentan, erróneamente, influenciar en las personas para que no crean en el líder, porque el bienestar de muchos alerta a pocos que se han aprovechado de los muchos y que saben que perderán su «statu quo» si el proyecto del líder avanza. Realmente, más que ser enemigos del líder, lo son de la población y odian al líder porque este representa el bienestar para la población, representa salir de la mentira que dichos enemigos quieren trasladar a la población; así toma sentido la frase de Miguel de Cervantes en Don Quijote: «¿Por qué ladran los perros? Porque vamos avanzando».
Usted tiene la capacidad de identificar los liderazgos y los enemigos de ellos, y usted tiene el discernimiento de identificar quién quiere su bienestar y el de muchos; por tanto, también cómo apoyar el camino del líder.