El presidente Nayib Bukele se convirtió en el mandatario electo con más votos en toda la historia de El Salvador. El escrutinio final oficializado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) establece que Nuevas Ideas recibió 2,701,725 sufragios, equivalentes al 82.66 % de la votación. El restante 17.34 % de los votos emitidos se repartieron entre ARENA, el FMLN, NT, Fuerza Solidaria y Fraternidad Patriota Salvadoreña, además de los nulos, las abstenciones y los impugnados.
Este histórico resultado revela los alcances del respaldo político del presidente Bukele, que aumentó enormemente su caudal electoral. En 2019, ganó la presidencia con 1,434,856 votos, equivalentes al 53 %. Cinco años después no solo conservó esos votos que lo hicieron ganar, sino que cosechó más de 1.2 millones de sufragios, todo un fenómeno en la política internacional.
Con la victoria de 2019, El Salvador pasó la página de la posguerra y empezó a construir su futuro. Los partidos que cogobernaron en los anteriores 30 años llevaron al país a una crisis de seguridad y económica, razón por la cual el pueblo salvadoreño les dio la espalda. Es importante destacar que aunque ARENA se había posicionado como segunda fuerza electoral en 2019, ahora fue relegada al tercer lugar. En cambio, el FMLN ahora es la segunda fuerza.
No obstante, esas categorías hay que dimensionarlas adecuadamente para entender la magnitud del rechazo que ambas organizaciones tienen entre la población. Si bien el FMLN es la «segunda fuerza electoral» esto es porque con 204,167 votos quedó después de Nuevas Ideas. Solo acumuló el 6.25 % de la votación.
ARENA, en cambio, quedó tercero con 177,881 votos, es decir, el 5.44 %. En tanto que su hijo menor, Nuestro Tiempo, se quedó cuarto con 65,076 votos, el 1.99 %.
Este pequeño bloque de políticos rechazados por la población pretende desconocer el resultado de las elecciones, incluso pide su nulidad. Vehementemente se pronunciaron en contra de la votación de los salvadoreños en el extranjero y objetaron que casi todos votaron por el presidente Bukele, como si hubiera algo que la diáspora le debiera a los partidos que por décadas se opusieron a su participación en los comicios.
Ante la certeza de que en las elecciones de alcaldes del próximo 3 de marzo también serán derrotados monumentalmente, ahora ARENA está pidiéndole al TSE que suspenda esos comicios y los celebre después.
Lo cierto es que El Salvador se está transformando y los números del cambio están ahí, contundentes y claros.