María Hernández llevó su carro a un taller para una reparación urgente, al finalizar el día cuando se lo entregaron le faltaban unas esquineras que rondan los $20 cada una. Preguntó a su mecánico, que es de confianza, si sabía qué había pasado, él le dijo que probablemente se las habían hurtado cuando lo dejó en la calle por unas horas.
El caso de Hernández, aunque no parezca tan grave, es un delito que se comete diariamente en El Salvador, principalmente por integrantes de bandas que roban piezas o desmantelan carros y venden las piezas a un precio duplicado al original.
«Además del precio elevado, me llevó tiempo conseguir las piezas. Tienen un valor de $40 y terminé pagando $65 por ellas. Como son piezas que no son fáciles de encontrar aumentan los precios», dice Hernández.
La Fiscalía General de la República detalla que desde el 2015 hasta el año pasado han procesado a 269 personas por el desarme de vehículos automotores, delito que se aplica al que «sustraiga partes o piezas de un vehículo automotor perteneciente a otra persona, sin apoderarse del mismo, con el propósito de obtener provecho para sí o para otro». Por este hecho una persona puede ser condenada entre 4 a 8 años de cárcel.
Según las estadísticas del ministerio Público, en San Salvador es donde más casos se han registrado de desarme de vehículos. Las cifras detallan que hasta el año pasado había 171 personas procesadas por este delito, es decir, que por año desde el 2015 han sido acusadas de este ilícito alrededor de 21 personas.
Después de San Salvador, Santa Ana y La Libertad registran más casos con 26 y 18, respectivamente.
Placas de vehículos, baterías y piezas son los principales objetivos de los delincuentes que desmantelan automóviles para luego revenderlos en ventas de repuestos usados.
Sobre el tráfico de piezas de vehículos la Organización International de Policía Criminal, Interpol, dice que «el mercado ilícito de piezas de cambio es una fuente de ingresos lucrativa para las organizaciones delictivas que les ofrece muchas aplicaciones prácticas. Este fenómeno no solamente tiene un impacto económico en la industria, sino que también pone en peligro a los conductores, pues es probable que las piezas de recambio ilícitas no cumplan las normas de seguridad reconocidas», dice.
Mientras que la Interpol añade que «en los últimos años, el uso de internet ha contribuido a un espectacular incremento de la reventa de componentes de vehículos ilícitos, convirtiéndose en motivo de gran preocupación para los organismos encargados de la aplicación de la ley, fabricantes de automóviles, entidades reguladoras y organizaciones de salud pública de todo el mundo».
Desarticulan estructuras
El pasado 2 de junio, la Fiscalía General informó del desmantelamiento de una banda de criminales que se dedicaban a hurtar vehículos y vender las piezas de forma ilegal en varios puntos del país.
«Se han girado 87 órdenes administrativas, 12 órdenes de allanamiento en San Salvador, La Libertad, Santa Ana y otros. Esta estructura es de carácter mixto, hurtan los vehículos, especialmente Frontier y camiones livianos como Kia y Hyundai, que ellos salen a hurtar en horas de la madrugada. Desde las doce de la noche salen a buscar sus objetivos, una vez los ubican ellos se reúnen y empiezan a realizar el hurto y desmantelamiento», informó la Fiscalía.
Las investigaciones fiscales determinaron que los vehículos pasan a otra estructura que se dedica especialmente al desarme y luego venden las piezas a diferentes talleres.