Hacer referencia al cantón San Roque, ubicado al poniente de Mejicanos, en las faldas del volcán de San Salvador, era sinónimo de pandillas, peligro y muerte, debido a la presencia de terroristas que asesinaron a comerciantes, taxistas, motoristas del transporte colectivo, repartidores de productos para tiendas, comida a domicilio y ciudadanos que no residían en el lugar.
Bajo esas circunstancias, los habitantes «más afortunados», los que conservaron la vida, huyeron de las maras, aunque esto significó abandonar sus viviendas. Así de crítico y preocupante era vivir en San Roque.
Sin embargo, a pesar de este nefasto antecedente que tuvo sus orígenes en los gobiernos de ARENA y se profundizó en las administraciones del FMLN, los planes de seguridad de la actual gestión permitieron golpear a las pandillas y desarticular sus estructuras. La población da fe de los excelentes resultados de las medidas de seguridad.
«Diario El Salvador» efectuó un recorrido por San Roque y constató de voz de los ciudadanos que hoy sí se respira un clima de tranquilidad sin la presencia de pandilleros, que en su mayoría están presos.
«Hemos visto mejoras en seguridad, hay más confianza de entrar y salir, incluso hasta para los repartidores de mercadería. Anteriormente existía temor de ir de una colonia a otra. Estábamos atemorizados», relató un comerciante.
«Gracias al presidente Bukele todo ha cambiado, vemos que la Policía pasa más seguido. Hasta hace unos años, antes de las 8 de la noche ya nadie podía andar en las calles», afirmó un lugareño.
REDUCCIÓN DE HOMICIDIOS
Según fuentes policiales, los delitos cometidos por las pandillas, principalmente homicidios y extorsiones, se redujeron en más del 90 %. Los comerciantes aseguran que ya no son extorsionados.
«Lo que antes se les entregaba a los bichos [mareros] ahora nos queda de ganancia y sirve para comprar más producto», dijo una vendedora.
Gracias a la operatividad policial y militar, los motoristas de las empresas distribuidoras de alimentos, boquitas y bebidas entran y salen sin la preocupación de ser extorsionados.
«Se ha visto la diferencia, incluso hay compañeros que vienen a dejar pedidos por la noche», dijo un motociclista. Fuentes policiales indicaron que el tráfico vehicular se ha incrementado en horas de la madrugada.
SIN ATAQUES A MOTORISTAS
Los motoristas de la ruta 33-B, que hace su recorrido entre San Roque y el centro de San Salvador, eran blanco de las maras. El asesinato de microbuseros y otros empleados de la ruta obligó, en reiteradas ocasiones, a suspender el servicio de transporte y afectó a cientos de usuarios.
Fuentes cercanas a la ruta explicaron a «Diario El Salvador» que desde que el presidente Bukele ordenó a las fuerzas del orden garantizar la seguridad de la población y de los motoristas de las rutas de transporte no han ocurrido ataques armados ni pago de extorsiones.
«Estamos descansando de todo eso [ataques de pandillas]. Antes, dos o tres veces en la semana había paros por temor a más ataques», relató un empleado de la referida ruta.
Taxistas consultados y que trabajan en la zona de San Roque también expresaron su satisfacción por los resultados en seguridad. La última masacre registrada en Mejicanos ocurrió en enero de 2017, cuando cuatro taxistas fueron asesinados en un mismo ataque; un año después, dos taxistas más (padre e hijo) fueron ultimados cerca del centro comercial Metrópolis.
«Recuerdo esos ataques. La masacre me parece que ocurrió cerca de la fábrica Melher. Fueron años terribles para el gremio. Gracias a Dios, ahora las cosas son diferentes y uno puede ingresar a las colonias sin preocupación», expuso un taxista.
HABITANTES DE LA COLONIA MIREYA I Y II GOZAN DE PAZ
Así como en el cantón San Roque han ocurrido cambios importantes en seguridad, los residentes de las colonias Mireya I y II gozan de paz con la captura de pandilleros.
Con la presencia de las autoridades, la población se siente más confiada para desarrollar actividades comerciales, familiares y deportivas. La cancha de fútbol dejó de ser punto de reunión de mareros y actualmente es símbolo de sana convivencia, donde 11 equipos de fútbol disputan la copa del torneo local. Los organizadores esperan la llegada de entre 300 y 500 personas para la final.