Tuvo que emigrar a Bélgica para darse cuenta de que las mejores oportunidades se encuentran en El Salvador y no fuera de sus fronteras. José Hernández es un emprendedor con conocimientos en construcción, albañilería, fontanería y electricidad, y busca comprar su propio vehículo para ofrecer sus servicios.
Hernández vendió todas sus herramientas para llegar a Europa con la idea de encontrar un mejor trabajo.
Se despidió de su familia el 5 de febrero de 2020, pero, debido al cierre de fronteras por la pandemia por la COVID-19, tuvo que esperar varios meses para obtener una respuesta en el centro de atención de la Agencia Federal para la Recepción de Solicitantes de Asilo (Fedasil) y contar con un permiso de trabajo.
Sin embargo, al no tener nada concreto y quedarse sin dinero después de nueve meses, decidió retornar de forma voluntaria con la orientación del Programa de Retorno Voluntario Asistido y Reintegración de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en Bélgica.
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«No logré demostrar mi trabajo en Bélgica porque si salía a buscar empleo siempre me preguntaban por la carta, y no tenía ningún permiso», recordó.
Además, ese mismo año perdió a su padre, un sobrino y una cuñada, que vivían en El Salvador. «En el mismo mes fueron tres golpes y yo estaba lejos sin poder hacer nada», comentó.
Al tomar la decisión de reencontrarse con su familia en la colonia Las Palmeras, en Santa Tecla, La Libertad, reflexionó: «Me regreso para mi tierra a comenzar de nuevo con mis herramientas».
El 12 de noviembre de 2020, Hernández y otros 77 salvadoreños arribaron en El Salvador en el vuelo procedente de Bélgica. Pese a que las fronteras estaban cerradas por las restricciones de movilidad por la pandemia, pudo retornar de forma segura con el apoyo de la OIM.
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El emprendedor aseguró que se siente agradecido porque, a diferencia de sus compatriotas, que son deportados en otras circunstancias, él recibió una ayuda económica de $250, un capital semilla de $2,600 y las asesorías con el Programa de Retorno Voluntario Asistido y Reintegración, de OIM. Con ese efectivo logró comprar de nuevo sus herramientas.

La coordinadora nacional del proyecto de la OIM, Alia Mata, detalló que con el programa de retorno voluntario también se desarrollan jornadas de fortalecimiento personal como emprendimiento, habilidades y atención psicosocial para la población migrante retornada.
Hernández se coordina entre sus labores diarias y capacitaciones durante semana. En caso de tener alguna consulta, puede llamarlo al 7293-4174.
La OIM planea impulsar dos o tres jornadas entre mayo y diciembre de 2021, dependiendo de los grupos de personas retornadas.
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