Municipal Limeño se citó con la historia. Su hinchada pudo ver por primera vez un partido en horario nocturno, pero no pudieron borrar el sabor agridulce del paladar: sus ídolos empataron 1-1 con Firpo.
Aunque los cuatro fanales del Ramón Flores Berríos dieron sus primeros destellos oficiales, poco antes de las 6:00 de la tarde, sobre el césped, ni Limeño ni Firpo encontraron el brillo antes de los primeros 40 minutos del primer acto.
En el primer cuarto de hora, eclipsados quizá por las históricas luces del Flores Berríos, a excepción de los porteros, los 20 jugadores sobre la cancha se alborotaron como abejas de panal tras la pelota, y eso provocó un duelo comprimido, falto de espacios y sin ideas por parte de uno y otro para monopolizar el balón.
Fue hasta el 20´, que los tanques de combustible y el oxígeno comenzaron a bajar, que los contendientes dieron las primeras señales claras de frente al gol; y en este apartado los toros llevaron la iniciativa, aunque, por inercia, el anfitrión tuvo una ocasión cuando apenas se amarraban los tacos.
Cruzado el umbral de la media hora, Limeño comenzó a ceder su terreno y eso aprovechó Firpo para arrinconarlo y comenzar a frecuentar con mayor peligro. Al 40´, en un trazo largo los usulutecos cosecharon una falta en el área y tres minutos más tarde William Canales abrió el marcador que les permitió irse 0-1 a la pausa.
Devuelta a las acciones, Limeño llegó con el machete desenvainado y se abalanzó por el tanto de la paridad, pero en una jugada en la zona ancha, René Gómez se pasó de revoluciones y vio el camino a las duchas al recibir roja en el 52´.
Con el marcador en contra y en inferioridad numérica, aunque con estadio iluminado, el manto negro de la noche cayó sobre los mantequeros, que, no obstante, consiguió rescatar el partido con un gol de Felipe Ponce al Min. 75. No hubo más.