Élmer es un papá joven con muchas responsabilidades, ha tenido una vida muy buena a pesar de sus carencias de niño. Consultó en la clínica porque su esposa le ha percibido un mal olor en la boca a pesar de no tener muelas picadas.
Tomé una radiografía e indagué sobre sus hábitos, historia familiar y costumbres; lamentablemente fuma y no tiene un horario de comida adecuado, le toca comer en la calle muchas veces en la semana y por eso le es difícil limpiarse la boca o cepillarse después de cada comida.
Élmer tiene periodontitis, que es una enfermedad que afecta el tejido que soporta los dientes, es decir, la encía que los cubre, además de la membrana delgada de tejido alrededor de la raíz y sobre todo el hueso que mantiene firmes las piezas en la boca.
Adquirió una bacteria que afecta el tejido y le provoca zonas llenas de pus e inflamación; la encía está roja y en algunas zonas morada. Efectivamente, el mal olor y el sabor que siente se deben a la cantidad de bacterias que se reproducen.
No puede morder con algunos dientes porque le duelen, mantiene un sabor desa gradable y algunas zonas son difíciles de limpiar porque sangra mucho. Tiene miedo porque sus padres perdieron las piezas dentales por una enfermedad similar, tanto que recuerda cómo su padre arrancó fácilmente con los dedos uno de sus dientes de adelante.
Élmer tiene que cambiar algunos hábitos: dejar de fumar, tratar de comer con las manos limpias y en un lugar adecuado, lavarse los dientes o al menos enjuagarse la boca después de comer. También hay medicamentos para atacar las bacterias que son especiales, así que deben ser recetados por el profesional. La rutina de limpieza también es especial, el cepillo y la técnica serán diferentes y diseñados para su necesidad particular.
Afortunadamente no tendrá que someterse a una cirugía especializada para limpiar el hueso, ya que la bacteria no ha sido tan agresiva y podrá conservar la mayoría de los dientes. Habrá que sacar una muela, y cuando cicatrice veremos si es posible la rehabilitación con una prótesis.
La esposa también deberá recibir medicación, pues estas bacterias se transmiten a la pareja e incluso a los hijos. En este caso las niñas están libres y por el momento no tienen signos de enfermedad. Sin embargo, no todos los pacientes corren la misma suerte, a veces he tenido que dar la fatal noticia de que ningún diente se puede conservar.
Élmer deberá estar en control toda la vida si desea no perder más piezas. Al inicio las citas serán cada tres meses y luego cada año, y podrá recobrar la salud bucal si mantiene la rutina de higiene y los controles como se le han indicado. Sus hijas tienen un alto grado de riesgo de presentar las mismas condiciones con el tiempo, así que deberán tener odontología preventiva siempre.