Enrique Henríquez, propietario de «Los Cipotes Food Truck», en Orlando, Florida, Estados Unidos, es uno de los salvadoreños que apoya el uso del bitcoin a través de Chivo wallet en su negocio de comida típica y colombiana. El connacional ha instalado un cajero Chivo en una de sus sucursales.
El salvadoreño usa desde hace dos años la criptomoneda y desde diciembre de 2020 la introdujo al food truck ubicado en el complejo turístico Walt Disney World Resort.
Considera que es una apuesta segura, ya que ha adquirido la experiencia necesaria para saber cómo invertir. Con las ganancias que ha logrado con el bitcóin compró otro food truck para expandirse con cuatro camiones de comida y un puesto de minutas llamado «El Cipote minutero» en cuatro puntos distintos de Orlando, Florida. Además, por medio de su fundación «Milagros B-y Los Cipotes» envió donaciones a El Salvador para un grupo de 60 niñas que practican el softball del programa «Guerreras Cuscatlecas».
Con el uso de la criptomoneda en El Salvador «estamos en boca de todo el mundo», dijo Henríquez a «Diario El Salvador», quien todos los días prepara entre 700 a 800 pupusas para sus clientes. Asegura que el cajero Chivo ha atraído a los europeos y latinoamericanos, y que al menos 10 de sus clientes salvadoreños ya compraron sus platillos con bitcóin.
El salvadoreño se ofreció de forma voluntaria a orientar a las personas sobre el uso del cajero Chivo y comentó que a los primeros 50 clientes interesados en el uso de la moneda virtual les otorgará $10 para que conozcan cómo es el funcionamiento. «Les estoy diciendo que aquí hay una oportunidad para que aprendan», aseguró. «A mi nadie me está pagando por esto, es porque yo le veo potencial, ya he ganado», profundizó.
Se sumará al envío de remesas con Chivo
Henríquez también enviará remesas a través de la Chivo Wallet a dos de sus tías en El Salvador. Una reside en Santa Tecla y la otra en San Juan Opico, La Libertad. Con los $30 que el Gobierno da a los usuarios, el salvadoreño logró aumentar la remesa de sus parientes.
El salvadoreño tienen 16 años de vivir en Estados Unidos, luego de que en El Salvador sufrió varios robos junto a su familia y también estuvo a punto de ser secuestrado. Al llegar al país norteamericano, en 2005, trabajó en discotecas y restaurantes. De este último surgió la inspiración de tener su propio negocio. En 2016 inició con un food truck alquilado donde preparó sus primeras 12 puspusas, y en 2018 compró su propio carrito, gracias a un amigo colombiano.