El quinto sello, Apocalipsis 6:9-11, representa la ira de Satanás sobre los santos de la Tierra. Los escogidos de Dios y todo aquel que profese en esos tiempos la fe cristiana serán los mártires que morirán por la causa de Cristo, y son los que presenta el Apocalipsis bajo el altar en el cielo, almas de los que habían muerto por causa de la palabra de Dios, vistiendo túnicas blancas, y se les dijo que descansaran un poco de tiempo más hasta que se completara el número de sus consiervos que habrían de morir también. Este quinto sello representa toda la ira de Satanás contra la humanidad, especialmente con aquellos que han puesto su fe en Jesucristo.
El sexto sello, Apocalipsis 16:12-17, representa señales cósmicas, el sol se vuelve negro y la luna roja como de sangre; se produce un gran terremoto como nunca había habido en la historia de la humanidad, donde los cielos se desvanecen y todo monte y toda isla se remueve de su lugar y los habitantes de la Tierra se refugian en cuevas para huir de la ira del Cordero de Dios.
Después de estos acontecimientos se hace un espacio donde se describe a los 144,000 judíos que serán protegidos y sellados en sus frentes por ángeles para ser guardados para Dios durante la gran tribulación. El apóstol Juan, en la revelación que se le dio del Apocalipsis vio a los mártires, una gran multitud de todas las tribus y naciones que clamaban a gran voz: «La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono y al Cordero» (Apocalipsis 9:10). Ellos son todos los santos que murieron durante la gran tribulación y se les da la promesa de que ya no tendrán ningún sufrimiento, hambre ni sed, lo cual se lee en Apocalipsis 7:16.
Cuando se abre el séptimo sello, Apocalipsis 8:1-2, se hace un silencio profundo en el cielo que dura como media hora, porque van a iniciar los castigos más fuertes de Dios para los hombres y la Tierra. Comienza la gran tribulación. Este séptimo sello representa el día de la ira del Señor; en el séptimo sello el apóstol Juan ve a siete ángeles que les dan siete trompetas. Estas siete trompetas representan el inicio de los juicios más severos de Dios para la humanidad y marcan el inicio de la gran tribulación. Estos juicios serán tan terribles que se produce un silencio total en el cielo; después hubo truenos, voces y relámpagos que representan las siete trompetas el inicio de la ira de Dios, anunciado desde la antigüedad por los profetas Isaías, Zacarías, Joel y Daniel como castigo para la humanidad por haber desobedecido la ley de Dios y su misericordia.
Como conclusión: los siete sellos representan los castigos y una serie de juicios que el Señor tiene preparados para los moradores de la Tierra durante la tribulación y la gran tribulación, y en la medida que se abren los sellos los castigos toman un tinte mucho más fuerte. Después de estos acontecimientos se abre el camino para la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, quien vendrá a establecer su reino milenial a esta Tierra.