Privados de libertad en fase de confianza llevan a cabo actividades agrícolas en la granja penitenciara de Izalco, Sonsonate, para dar continuidad al plan Cero Ocio, impulsado por la Dirección General de Centro Penales (DGCP), que ha logrado que los internos cultiven los alimentos que consumen cotidianamente.
Según la DGCP, estas acciones también forman parte de la estrategia penitenciaria implementada por el Gobierno del presidente Nayib Bukele con la que se ha logrado reducir un sistema carcelario lleno de precariedades y sin control heredado por gobiernos anteriores.
El nuevo sistema penitenciario de El Salvador, por medio del programa Cero Ocio, ha implementado un modelo de orden, control y disciplina. Según las autoridades, los internos, además de cultivar sus alimentos, también los cocinan.
«Todo esto contribuye a que la alimentación en las cárceles deje de ser una carga para el Estado salvadoreño y a la vez los privados de libertad se capacitan para su reencuentro con la sociedad», indicó Osiris Meza, director de Centros Penales.
Durante esta administración también la comunidad privada de libertad ha sido incorporada al desarrollo de acciones en beneficio de la población, como limpieza de playas, reparación de centros educativos y su mobiliario, hospitales de la red de salud pública, infraestructura policial y edificación de viviendas para familias de escasos recursos.
La mayoría de las personas que forman parte del programa ha fortalecido sus habilidades y ha adquirido nuevos conocimientos para subsanar el daño causado a la sociedad por los delitos cometidos y así estar preparada para cuando recupere su libertad.