Ha tenido que despojarse de su vestidura de fray franciscano, pero no de su misión evangelizadora. Aníbal Durán, un sacerdote que se encuentra desde hace seis años en Honduras, hoy vive su primera catástrofe natural en el «hermano país centroamericano».
Durante la entrega de víveres, colchonetas, utensilios de primeros auxilios y granos básicos, tuvo que dejar su casulla para cruzar el río Guayabillas, en el departamento de Olancho, Honduras, y así llegar a las familias afectadas Eta. Hoy temen el golpe del huracán Iota, categoría 5, de acuerdo con lo que informó ayer el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Durán se encuentra en la parroquia del municipio de San Esteban, donde la comunidad franciscana se organizó para recolectar artículos de primera necesidad e ir a dejar ayuda.
Al menos en ese municipio no se reportan pérdidas humanas, pero la iglesia que está a cargo de 76 comunidades debe velar por el bienestar de sus habitantes. En colaboración de la diócesis de Tegucigalpa, autoridades gubernamentales, comunidad en general y donaciones han podido llegar a más de 2,000 personas.
Esta semana los franciscanos se encuentran a la espera de ayuda gestionada en Costa Rica, y ante el huracán Iota también se preparan para distribuir más comida a otras ocho familias de sectores como El Jocomico y Coyolito, que serán albergadas en un centro educativo de parte de la alcaldía.
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«Somos centroamericanos y nosotros tenemos que hacernos sentir como familia, que nos veamos como hermanos y que lo que siente un país lo sienta el otro, porque somos humanidad», reiteró Durán.
El Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) también reportó intensas lluvias en Islas de la Bahía, norte de Olancho y sectores del departamento de Yoro.
«El primer trabajo aún no termina y ahora viene este fenómeno; estamos tan vulnerables que cualquier llovizna nos va a hacer sentir mal, pero no bajamos la guardia», sostuvo la hondureña Karla Méndez, parte de la comunidad franciscana en San Esteban.
Las autoridades pronosticaron que el fenómeno ingresará al territorio hondureño este día, al sur del departamento de Olancho, probablemente ya degradado a tormenta tropical.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, informó ayer que los estragos de Eta dejaron saldo de 62 muertos, 2.9 millones de damnificados, 348 albergues y 16 hospitales dañados.
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