Jason Ariel Pineda es un emprendedor santaneco que se decidió por ofrecer pupusas de güisquil en una hielera a la orilla de la carretera Panamericana que conduce hacia Ahuachapán. Además, emprende con un restaurante con concepto familiar que también sirve para generar espacios culturales donde diversos artistas nacionales pueden mostrarse.
El emprendedor comienza su rutina a las 5:00 de la mañana, con su hielera y un letrero que promociona sus innovadoras pupusas, se ubica a unos metros de llegar al redondel Santa María, que es la entrada principal a Santa Ana, si se viaja desde Ahuachapán, y que también conecta con la carretera que conduce hacia Candelaria de la Frontera.
Jason explicó que es un negocio familiar que lo ha convertido en su estilo de vida y paralelamente lo atiende con un restaurante que se llama la Casa del Reggae, ubicado a un costado donde ofrece las pupusas. Ahí también ofrece otra variedad de gastronomía como desayunos típicos y su especialidad de pizzas calzone.
Relató a este medio que la iniciativa de ofrecer pupusas a orilla de carretera surgió porque visualizó que la mayoría de las personas que transitan por el lugar son trabajadoras y no tienen mucho tiempo para detenerse a desayunar en un lugar. En cambio, en la otra opción del restaurante, las personas tienen un valor agregado de disfrutar la estancia en el lugar y generalmente empiezan a visitarlos desde las 8:00 am.
«La pandemia vino a enseñarnos muchas cosas, a sacarnos de nuestra zona de confort y a darnos cuenta de nuestras habilidades y capacidades. Al final de todo el desastre que ocasionó, también ha sido positivo porque hay vamos para adelante gracias a Dios», expresó Jason.
El emprendedor aseguró que esto no es nuevo en sus rutinas, porque siempre se ha mantenido activo con negocios de gastronomía, pero afirmó que esta vez lo vive de diferente manera y lo sigue motivando ser generador de oportunidades de empleo.
«Estoy agradecido con la vida porque me permite disfrutar de nuevos amaneceres. Saludar a la gente y ofrecerles un desayuno. Yo no llevo prisa, pero vamos a largo plazo para hacer cosas positivas, bonitas y agradables; para la gente que nos apoye del lado gastronómico y el artístico. Pretendo mantenerme durante mucho tiempo ayudando al pueblo salvadoreño, también de una forma económica. Con el restaurante quiero apoyar la música y el arte nacional. Voy a llevar la sucursal hasta donde Dios quiera», admitió el emprendedor.
Además lanzó un mensaje para otros emprendedores, para que perseveren y no desmayen por alcanzar sus sueños. « Si tienen una idea de emprendimiento no tengan miedo, saquen las cacerolas de su casa, muevan la cama, hagan lo que tengan que hacer, para que su emprendimiento camine. Pueden hacerlo con las herramientas que ya están en casa. En el camino uno empieza a entender y a ver resultados. No se desanimen porque no tienen dinero, se puede empezar desde cero».