El saldo provisional del terremoto de magnitud 7.2 que sacudió el suroeste de Haití el sábado aumentó a 1,419 muertos y más de 6,900 heridos, según los datos de los servicios de Protección Civil del país divulgados ayer.
Además, en materia de daños materiales, los informes registraron la destrucción de más de 37,000 viviendas.
El Comando Sur y la Cruz Roja de Estados Unidos, entre otros, enviaron equipos de emergencia para ayudar en la búsqueda y el rescate tras el devastador terremoto.
A pesar de que el primer ministro haitiano, Ariel Henry, declaró el estado de emergencia y reiteró su predisposición para «movilizar todos los recursos» necesarios para ayudar a las víctimas, lo cierto es que la nación, sumida en una profunda crisis social, política y humanitaria, no puede hacer frente a una catástrofe de tal magnitud por sí sola.
Un informe del Comando Sur al que tuvo acceso la Voz de América confirmó que se estableció la operación «Fuerza de Tarea Conjunta-Haití» con el objetivo de «llevar a cabo operaciones militares» por parte de las fuerzas estadounidenses para «apoyar» y «asistir» al pueblo de Haití.
Ayer también arribó un cargamento con 15.4 toneladas de ayuda humanitaria de México. Las aeronaves del Ejército mexicano cargadas de alimentos, medicamentos y agua aterrizaron en la madrugada. Un segundo envío de 3.6 toneladas de alimentos y materiales como catres, cobijas, filtros de agua, lámparas solares, carretillas y palas llegó horas más tarde.
Por otro lado, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) envió un equipo de expertos para ayudar en la respuesta sanitaria tras el terremoto. La coordinación
se está llevando a cabo desde las oficinas centrales en Washington D. C. y en las delegaciones de Haití y República Dominicana. «Nuestro equipo de expertos está sobre el terreno», manifestó su directora, Carissa Etienne.