La Unidad Canina K9 de la División Antinarcóticos (DAN) de la Policía Nacional Civil (PNC) cuenta con 24 elementos activos, que forman la parte medular de esta unidad. Los ejemplares son entrenados para lograr incautaciones de narcóticos que incluyen cocaína, marihuana, heroína, metanfetamina, LSD; además de papel moneda (dinero) y restos humanos. Son traídos desde Estados Unidos e incluyen razas como pastor holandés, belga malinois y alemán, pointer alemán y labrador, que son escogidas por su inteligencia y docilidad, lo que les permite aprender lo necesario en el menor tiempo posible.
Para pertenecer a este grupo, los ejemplares deben pasar por una selección previa, donde se valorará si son aptos para la labor, ya que, de un aproximado de 100 caninos, solamente 10 pasarán las pruebas y, por tanto, serán escogidos.
«Lo primero que se debe ver en un ejemplar es que tenga el instinto de jugar con un objeto; previo a esto, también deberán pasar por un curso de inducción de olores y todas las pruebas que se realicen», enfatizó José Mejía, jefe de apoyo de la Unidad Canina.
Y añadió que entre las pruebas más importantes que deben solventar están las de piso resbaloso, trabajar en espacios reducidos y la de perseverancia, que se llevan a cabo constantemente para evaluar su aprendizaje, entre otras.
Los perros jóvenes son los escogidos para esta labor. De acuerdo con el especialista, deben tener entre uno y dos años y medio para iniciar el proceso de entrenamiento, que se extenderá de acuerdo con la rapidez con la que cada uno aprende, pero normalmente se alargará hasta unos tres meses y medio. «Hay unos que requieren más refuerzos, otros no necesitan mucho, ya que asocian los referentes con mayor rapidez», detalló Mejía.
Todos los caninos tienen su propio guía. La unión de ellos es llamado binomio, y está basado en la comunicación y el amor.
«El binomio no puede ser separado durante el servicio. Solo puede deshacerse por enfermedad del perro o del guía, por jubilación o muerte de cualquiera de los dos; de lo contrario, hasta que da su vida útil ahí termina», detalló.
Cuando llega el momento de la jubilación, que puede ser siete años después de haber iniciado su labor, el primer depositario o persona que se encargará de ellos es el especialista que ha estado a su lado durante todo el tiempo de servicio. Esta persona se encargará de cuidarlo y de buscarle un hogar que reúna las características necesarias para que continúe con la misma calidad de vida que había llevado. «Las familias tienen que reunir ciertos requisitos para ser adoptantes, como comprometerse con el aseo, la salud, la alimentación y la recreación del perro», mencionó el jefe de apoyo.
UN ENTRENAMIENTO BASADO EN ESTIMULACIÓN E INCENTIVACIÓN
El instructor canino Joel Salinas expresó que la población cree que los perros son entrenados utilizando o acostumbrándolos al consumo de estupefacientes, pero él asegura que esto es falso, ya que ellos trabajan buscando olores a través de la estimulación y los incentivos.
«Mucha gente cree que el perro lo que busca es la ansiedad de consumir droga, pero no, ellos no consumen. La ansiedad de él es encontrar el olor, ya que sabe que por eso va a tener un premio. Se trabaja con la psicología», enfatizó.
Explicó que, cuando los perros encuentran el olor que desean, se les brinda un premio como parte del reconocimiento, que puede ser jugar con la pelota, recibir cariños o comida.
«Ellos pueden asociar todos los olores que quieran, pero hay unos específicos donde ellos saben que recibirán el premio. A unos hasta les gusta que se les hable dulce, como si fuera un niño; esto sirve también como estimulación», explicó.
Binomio. Cazy hace su trabajo junto con su guía, pero también los momentos de juego son fundamentales en la relación.
TRABAJO ESPECIALIZADO
Solo en 2020 se logró incautar $1,777.03 en narcóticos en diferentes puntos del país. Mejía, jefe de apoyo de la unidad, informó que las incautaciones más emblemáticas fueron dos que se llevaron a cabo simultáneamente el 12 de octubre y en las que participaron dos caninos de la sección K9.
La primera localización de 820 kilogramos de cocaína la logró el canino Andy cuando un camión pasaba por inspección en El Amatillo, frontera con Honduras, en el municipio de Pasaquina. «Estos se encontraban ocultos en el tanque de combustible, y la otra parte, en las llantas traseras del vehículo», detalló.
Un segundo camión fue intervenido en un retén ubicado en la carretera entre el municipio de Zacatecoluca y San Salvador, donde participó el canino Zero. Allí se encontraron 380 kilogramos de cocaína, también escondida en el tanque de combustible.
José Mejía explicó que, en muchas ocasiones, los traficantes tratan de incluir muchas distracciones en los envoltorios para que el canino se confunda.
«Los narcotraficantes tratan de distraer el olfato, ya que saben que tiene una gran capacidad para detectar, por eso utilizan otros químicos o envolturas con otros olores», dijo.
Durante este año, la canina del grupo, llamada Bella, detectó cuatro kilogramos de cocaína que iban ocultos en un vehículo de carga en la zona fronteriza de La Hachadura, en Ahuachapán.
Los puntos del país donde trabajan los caninos son en las fronteras de La Hachadura, Chinamas, Amatillo, puerto de Acajutla y aeropuerto (salas de esperas y chequeos, zonas de abordaje y de carga). «Ellos son rotados continuamente entre cuatro y cinco meses. Se encuentran en el lugar seis días y luego en la base pasan cuatro. En cada lugar tienen su función y realizan diferente actividades», detalló.
Descanso. El canino debe descansar durante cuatro días después de completar su labor. Esto le permitirá mantenerse activo y con energías.