Los obstáculos son superables cuando se tiene claro lo que se quiere; y el joven vicentino Víctor Manuel García es un claro ejemplo. A sus 26 años, con una condición de movilidad diferente a otros de su edad, ha asumido el reto de estudiar la Licenciatura en Idioma Inglés y Francés en la Facultad Multidisciplinaria Paracentral de la Universidad de El Salvador (FMP-UES).
Al contar su historia detalló que su dificultad de movilidad surgió con el hecho de que nació de seis meses y medio de gestación, un estado prematuro que sumado a que al poco tiempo padeció fiebre, hizo que su crecimiento fuera diferente a los demás niños.
«En la medida que fui creciendo hubo muchas dificultades, pero gracias a Dios y al esfuerzo de mi mamá, porque fue ella la que me cuidó desde pequeño, con el paso del tiempo fui sometiéndome a diferentes tratamientos e intervenciones quirúrgicas para poder caminar», expresó Víctor.
A los 15 años se graduó de noveno grado y siguió con el bachillerato, que terminó en 2016, pero fue siete años después que inició su formación profesional.
«Interrumpí mis estudios por trabajo. Nos hemos criado vendiendo en el mercado, junto a mi mamá, una forma de conseguir ingresos», indicó.
Actualmente vende dulces en el mercado y otras zonas comerciales de San Vicente, lo que le ha permitido tener su propio dinero y costear algunos gastos de la universidad.
«El año pasado decidí unirme a la Universidad de El Salvador para iniciar estudios superiores y también he seguido trabajando [vendiendo], llevando a la par el estudio hasta la fecha», comentó con entusiasmo, aunque dijo que hubiera querido acceder a un empleo formal.
«Ha habido bastantes retos, uno de ellos es la búsqueda de trabajo, no todas las empresas están dispuestas a dar empleo a personas como yo, no hay muchas facilidades. Entonces, eso me llevó a buscar una alternativa, una forma de ganarme la vida para seguir adelante», manifestó.
Cuando tenía siete u ocho años, como muchos niños en su condición, sufría «bullying», maltrato; sin embargo, superó esas etapas y, desde su punto de vista, con el paso del tiempo esas cosas han cambiado. «En la actualidad incluso siento que la gente tiene admiración [por personas como él], la gente tiene otra perspectiva de como era antes».
Agregó que en su vida también enfrentó parálisis cerebral y que fueron casi 12 años de tratamientos médicos para poder caminar, al menos de «puntitas».
«Esta travesía del estudio es personal, porque yo genero mis propios ingresos y soy un apoyo para mí mamá. Yo me costeo mis gastos y el apoyo que recibo de mi mamá es moral, ella no me deja solo», subrayó.
Confesó que trabajar en sus ventas y estudiar tiene algún grado de dificultad, pues a algunas materias hay que invertirles tiempo y, aunque explicó que ha aprendido a gestionar sus pequeñas ganancias y a ahorrar, siente que sí es necesario un apoyo, es decir, una beca a la que le interesaría acceder, de tener la oportunidad.