El conflicto armado expulsó a centenares de miles de salvadoreños que huían de los horrores y las masacres, sin saber que años después esos supuestos enemigos serían aliados incondicionales.
La disposición de estos compatriotas para salir adelante (no solo ellos, sino también las familias que dejaron atrás) los hizo convertirse en verdaderos ejemplos de laboriosidad y de entrega, siendo muy apreciados por sus empleadores. Muchos, además, destacaron por su visión empresarial y pronto dieron trabajo a otros emigrantes como ellos.
Su esfuerzo no solo mantuvo unidas y protegidas a sus familias, sino que fue, gracias a sus remesas, lo que mantuvo a flote a la economía salvadoreña.
Sin embargo, ARENA y el FMLN nunca quisieron darles los mismos derechos que los salvadoreños que residen en el país, por lo que el voto para la diáspora fue bloqueado de diversas formas.
Fue con la llegada del presidente Nayib Bukele y la nueva Asamblea Legislativa, con mayoría de Nuevas Ideas, cuando el voto para los salvadoreños residentes en el extranjero se está convirtiendo en una realidad.
Supuestos técnicos del Tribunal Supremo Electoral recomendaron, más por intereses político-partidistas e ideológicos que por sentido de la justicia, que el voto en el exterior no era viable porque era sumamente caro. Después, en la vieja Asamblea Legislativa incluyeron una serie de requisitos tan absurdos (como obligar a que obtuvieran su DUI con dirección en Estados Unidos y viajaran a El Salvador el día de las elecciones para ir a emitir el sufragio en una urna en el estadio Cuscatlán) que no eran más que un desincentivo para los ciudadanos y una barrera infranqueable para aquellos que no podían costear las exigencias.
Este calvario para los salvadoreños residentes en el extranjero comenzó en 2009 y se prolongó en las subsecuentes elecciones, en las que se mantuvieron las restricciones y los bloqueos.
Ha sido esta Asamblea Legislativa la que ha abierto las posibilidades para que la diáspora participe en los próximos comicios generales de 2024 para elegir presidente, diputados, alcaldes y diputados del Parlacen.
El voto es un derecho para todos los ciudadanos de El Salvador, independientemente de su lugar de residencia, pero a ARENA-FMLN le incomodaba reconocer a la diáspora por temor a su poder de cambio.
Ahora las cosas han cambiado y los salvadoreños, de aquí y de cualquier lado en el mundo, podrán decidir quiénes serán sus gobernantes. Y eso es histórico, un verdadero cambio para la sociedad.