Ana busca recuperar $6,000 invertidos en 2014
Cuando Ana K. invirtió en la plataforma de Forex, vio con esperanzas cómo su capital aumentaba. Ella aún recuerda esos momentos.
«Me fue muy bien», comentó a «Diario El Salvador». La joven fue una de las víctimas que denunciaron a los hermanos Rivas Álvarez luego de que ya no pudo retirar su inversión de $1,000, mucho menos supuestas ganancias que le generó la plataforma.
Ana K. se presentó el 25 de junio de este año a la sala 4-B del Centro Judicial Isidro Menéndez, donde el Juzgado Octavo de Instrucción de San Salvador había programado para las 8 de la mañana la audiencia preliminar. Al igual que ella, más de una veintena de personas llegaron a la cita judicial, así como el fiscal del caso y el abogado defensor.
Sin embargo, la audiencia no se logró instalar y tuvo que ser suspendida debido a que Carlos José, Gerardo Javier y José Ricardo no se presentaron.
Las víctimas lamentaron que este proceso se siga prolongando. Ana K. aseguró que en algún momento trató con los hermanos Rivas Álvarez. «Eran personas normales, gente que trabajaba en “call center”. Muchas personas fueron a almorzar con ellos. Hasta tenían la fachada de que eran de una iglesia», recuerda.
«Ellos le pedían dinero a uno para invertir en el mercado de Forex, que son divisas. Eso existe, pero el detalle era que ellos lo que brindaban era un servicio financiero. Y aunque Forex existe, uno tiene que hacer el trading [compraventa de activos: acciones y divisas] y saber cuándo comprar y vender monedas. Ellos vendían la asesoría y eran los que hacían eso por uno, porque eran los expertos y ya habían demostrado que sacaban dinero», relató.
La joven recuerda que tuvo sus primeros encuentros con ellos entre 2014 y 2015. «No había oficinas y ellos llegaban al Mister Donut de La Campana. Ahí hacían la cita. Yo bien recuerdo que me dijeron, y no quise ir a citarme ahí porque no me daba confianza. Luego de que ellos se establecieron en la Torre Futura hacían contratos y especificaban todo», comentó.
Cuando por fin se decidió a invertir, sometió el contrato al análisis de un abogado, cuya respuesta fue: «Se ve legal todo».
Una publicación de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) en la que advertía que esta sociedad no estaba autorizada para captar fondos del público generó dudas en la joven, y cuando intentó retirar su dinero no pudo. «Oficialmente puse $6,000, pero realmente fueron $8,000», comentó Ana K. al exponer el monto por el cual hizo su denuncia ante la Fiscalía. Una de sus hermanas, que también invirtió en Forex, está pendiente de hacer su denuncia.
Al consultarle qué es lo que espera de todo este proceso, la joven expresó: «Por lo menos que me devuelvan el capital inicial de $6,000. Tenía intención de hacerlo [reclamar las ganancias] porque en realidad es una estafa».
«No hay forma de generar dinero que haciéndolo uno mismo trabajando»
Cuando Roberto C. supo por sus amigos de los «beneficios» que Forex estaba brindado a quienes invertían su dinero con ellos, pensó que era el negocio de su vida. Los buenos comentarios de personas cercanas a él que invirtieron en la plataforma hicieron que se decidiera a invertir.
«Me llamó la atención que la gente decía que estaban recibiendo dinero», dijo Roberto C. Fue así como pidió a uno de sus amigos que le ayudara a programar una cita con los supuestos consultores.
La experiencia que este joven viviría es casi una copia del resto de las historias de víctimas que, al igual que él, fueron defraudadas cuando no recibieron ni ganancias prometidas ni su inversión inicial. Los «consultores» no han dado la cara y ahora son prófugos.
«Al principio yo sí me di cuenta de que las primeras personas firmaban un contrato físico y lo hacían directamente con los que ahora son buscados por la justicia.
Cuando yo lo hice ya lo hacían electrónico», recuerda. Acto seguido, llenó un formulario en línea y después le enviaron un enlace para conocer el nombre de su usuario. El siguiente paso era depositar $1,000 a una cuenta bancaria.
En el caso de Roberto C., lo remesado fue $1,500. El joven explicó que tuvo que hacer un refinanciamiento en otro banco para disponer de ese efectivo. Su ingreso a la plataforma fue en febrero de 2018, tres meses antes de que la Superintendencia del Sistema Financiero emitiera una alerta sobre que este negocio no estaba autorizado para captar fondos del público.
«Para invertir $1,500 tuve que hacer un refinanciamiento con un préstamo que tenía en un banco. La diferencia la deposité en el Agrícola. Me dieron el papelito, le tomé foto y lo envié por correo. Ellos me dijeron que en 48 horas me habilitarían una plataforma, y cabal, ya me aparecía la plataforma y podía ingresar las veces que quisiera desde el teléfono o la computadora.
Cada 15 días la actualizaban. Habían días de pérdidas, pero eran de $0.90 o $1, y las ganancias eran de $3 o $4 diarios», detalló. Al joven le explicaron que a partir de dos meses podía retirar parte de las ganancias obtenidas de su inversión inicial.
«Te decían que si retirabas [antes de lo indicado] descapitalizabas y comenzabas a ganar menos porque la capitalización era diaria. [Es decir], si yo invertía $1,000, era sobre esos $1,000 [las ganancias]. Al día siguiente serían sobre $1,010 y luego $1,030, y así», explicó Roberto C. Al saber que ya no podía recuperar su dinero, mucho menos la ganancia, el joven denunció en Fiscalía. Roberto C. quedó sorprendido al saber que no era el único estafado. Recuerda el testimonio de otra de las víctimas en los tribunales.
«Ella dijo: “Yo me metí en esto porque mi vecina mandó a construir una piscina con la ganancia. Cuando vi que la estaba construyendo, me decidí a invertir”», recordó. También supo del caso de un ingeniero que vendió su casa para invertir.
A finales de 2018 se enteró de que hubo personas que llenaban solicitudes para retirar su dinero, pero no lo obtuvieron de vuelta. Aumentó su temor cuando más personas llegaban a la Fiscalía a denunciar a los hermanos Rivas Álvarez. Alegaban que no contestaban llamadas telefónicas ni correspondían correos. En febrero de 2019, Roberto C. cumplía un año de haber hecho su primera inversión en Forex, donde, según sus cuentas, había generado $6,000.
El último dato que obtuvo antes de que la plataforma fuera desactivada es que con todo y ganancias su saldo de un año era de $7,500. Él denunció en mayo de 2019, pero no fue hasta octubre de 2020 cuando se judicializó. Él formaba parte del cuarto grupo de unas de 85 personas que denunciaron para recuperar su dinero. De esta mala experiencia Roberto C. saca una conclusión: «No hay forma de generar dinero que haciéndolo uno mismo trabajando. Cualquiera puede venir a ofrecerte el cielo diciendo que te vas a ganar tanta plata, y es mentira».