Pocas epopeyas en la historia de la humanidad igualan por su dramatismo, heroísmo y costo humano la lucha del pueblo soviético en la Gran Guerra Patria (22 junio 1941-09 mayo 1945) contra la Alemania nazi, en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Según cálculos conservadores, fueron inmolados 22 millones de ciudadanos soviéticos, de ellos 7 millones de efectivos militares y 15 millones de población civil que incluyó mujeres, niños y ancianos, asesinados mediante todo tipo de brutalidad por la bestia parda nacionalsocialista durante el transcurso de la contienda.
El Plan Barbarroja del Estado Mayor nazi alemán
Concebida como una operación que duraría el resto del verano (junio-agosto de 1941), el Estado Mayor alemán, bajo la dirección del führer Adolfo Hitler, diseñó el Plan Barbarroja, que comprendía la invasión de la Unión Soviética como una medida estratégica para proporcionar al agotado ejército nazi los pozos petrolíferos del Cáucaso y del mar Caspio, en Asia Central, y la producción agrícola de Ucrania, el granero de Europa Oriental. Una operación de abastecimiento logístico al ejército alemán que había conquistado Europa Occidental y se aprestaba a invadir Gran Bretaña.
Según información de la inteligencia alemana, el Ejército Rojo no tenía posibilidades de resistir la ultramoderna maquinaria de guerra alemana. El primer escollo sin embargo lo tuvieron durante la batalla de Moscú, entre el 2 de octubre de 1941 y el 7 de enero de 1942, cuando la defensa soviética frustró la toma de Moscú, considerada el primer objetivo militar y político de los nazis.
Los alemanes sitiaron por 872 días (del 8 de septiembre de 1941 hasta el 27 de enero de 1944), la ciudad de Leningrado (actual San Petersburgo), donde murieron de hambre 1.2 millones de ciudadanos soviéticos.
La principal debacle que sufrió la Wehrmacht (Fuerzas Armadas de la Alemania nazi) fue durante la batalla de Stalingrado, actual Volgogrado, entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943. Murieron más de 2 millones de personas entre soldados de ambos bandos y civiles soviéticos en esta batalla considerada la más sangrienta en la historia de la humanidad.
Richard Sorge, el espía del siglo XX que definió la Segunda Guerra Mundial
Fue el ciudadano alemán Richard Sorge, (Bakú, 4 de octubre de 1895-Tokio, 7 de noviembre de 1944), un espía que trabajaba para la inteligencia militar soviética, quien informó al alto mando soviético que Japón no atacaría a la URSS debido a que se concentraría en atacar a Estados Unidos en las islas del Pacífico, lo cual permitió a los soviéticos trasladar sus tropas apostadas en el Este asiático para reforzar el frente occidental y rechazar la ofensiva alemana. Sorge, quien trabajaba como periodista corresponsal del prestigioso periódico alemán «Frankfurter Zeitung», fue descubierto por los japoneses, arrestado y ejecutado en noviembre de 1944. Solo 20 años después fue dada a conocer su identidad y declarado héroe de la Unión Soviética.
La grave derrota de la Alemania nazi y sus aliados en Stalingrado significó un punto de inflexión en el desenlace de la guerra, pues constituyó el principio del fin del nazismo en Europa, ya que la Wehrmacht nunca recuperó su capacidad ofensiva ni obtuvo más victorias estratégicas en el frente oriental.
A partir de Stalingrado se inició la ofensiva final del Ejército Rojo que marchó hacia Berlín, ciudad que ocupó, luego de una cruenta batalla final, hasta el día de la capitulación nazi, el 9 de mayo de 1945. A su paso rumbo a Berlín, el Ejército Rojo liberó Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria, Rumanía y Alemania Oriental, que luego de la victoria soviética se convirtieron en estados socialistas, hasta la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989.
Asimismo, la victoria del Ejército Rojo contribuyó en gran medida al triunfo de los partisanos de Josip Broz Tito en Yugoslavia, en 1945 (actual Serbia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Kosovo, Macedonia, Croacia y Eslovaquia), y a la victoria del Ejército Popular de Liberación chino, de Mao Zedong, en 1949, sobre las tropas nacionalistas del general Chiang Kai-Shek que se replegaron a la isla de Formosa y constituyeron la actual Taiwán.
Los aliados de la Unión Soviética, Inglaterra, Francia y Estados Unidos esperaron a que el Ejército nazi y el Ejército Rojo se destruyeran mutuamente en el Frente Oriental. Al constatar la superioridad del Ejército Rojo y su imparable avance hacia Berlín, el 9 de julio de 1943 los aliados comenzaron la invasión a Sicilia, Italia, y el 6 de junio de 1944 iniciaron el desembarco en Normandía, Francia, con las tropas soviéticas ya a las puertas de la Alemania nazi.
Por lo cual, el Día de la Victoria del Ejército Rojo constituyó no solo el derrumbe del Tercer Reich, sino el inicio de la Guerra Fría entre los aliados de Occidente y el bloque de países socialistas de Europa Oriental, que culminaría con la implosión de la Unión Soviética y de sus aliados en diciembre de 1991.