Terminó irrigado de sudor el césped del estadio Cuscatlán. Los jugadores desgastaron la suela y evidenciaron reumatismo; y sobre las gradas, en su propio partido, las hinchadas rieron, lloraron y sudaron helado con la camándula en sus manos y el crucifijo a la boca: resultaron pocos 90 minutos para finiquitar el duelo; y ni siquiera 120 fueron suficientes para desgrasar y saciar el apetito del morbo que genera el clásico entre elefantes y tigrillos. Hubo necesidad de penaltis y acá el blanco se tiñó de negro ante la falta de puntería de Romero, Mercado, Clavel y Alvarado. Ganó FAS 4-3.
Ponen demasiado en juego los Alianza- FAS, y si es en la final, al picante hay que sumarle la historia y la pisca de orgullo que aún atesoran los santanecos por ser el equipo con más títulos de El Salvador. Eso, aparte de los ecos acalorados previos y post partidos que navegan en las redes sociales, y que algunas veces llegan a la calle.
Ayer, los conatos previos y la calentura entre hinchas en las calles vecinas al coloso de Monserrat fueron la antesala a un partido trabajado, jugado al filo de la navaja, con dientes apretados, con interrupciones, pero sobrado de dramatismo.
A hombros de Marvin Monterroza, un «10», con el 21 en la espalda Alianza quiso finiquitar el duelo y levantar la corona desde el pitido inicial, pero se encontró de entrada con un FAS que mostró colmillo y capacidad para litigar el resultado.
Tuvo la virtud FAS que con Tomás Granito, Gullit Peña y Eriván Flores, consiguió ponerle los grilletes a Monterroza, y eso obligó a los albos a ventilarse con el despliegue físico de Juan Carlos Porillo por izquierda y la velocidad Michell Mercado, pero no le alcanzó siempre llegaron un minuto tarde a la cita.
Antes de la media hora, los elefantes habían confeccionado dos llegadas puntuales: un remate cruzado de la Cabrita Portillo y otra jugada del mimo protagonista que llegó tarde a un centro de Mercado y permitió que Ibsen Castro le robara el gol.
Hasta la bajada del telón del primer acto Alianza no consiguió afinar sus instrumentos y quedó lejos de ser orquesta. Se impuso el rock pesado de FAS que con un zarpazo espectacular de tiro libre de Kevin Reyes le hizo un guiño al cetro, hasta que Andrés Flores Jaco, al 56, presionado por Fito Zelaya, metió la pata y regaló el empate a los blancos.
En adelante el partido se descosió, dio chance para que tanto Mario González, pero sobre todo Kevin Carabantes diera su propio show bajo los tres palos. Fue el culpable que el partido se fuera a los penaltis y que al final que FAS acabará con 11 años de sequía. ¡FAS campeón! y «San Carabantes» va por su estatua en Santa Ana.