El sistema de las administradoras de fondos de pensiones (AFP) fue utilizado, desde un inicio, para generar altas ganancias para los dueños de las nuevas empresas que recibirían las cotizaciones de los trabajadores salvadoreños.
Además, los políticos que crearon la nueva ley dejaron una serie de disposiciones para beneficiarse personalmente con altos montos en sus jubilaciones.
En una de las aberraciones más grandes aprobadas por ARENA y sus aliados, se creó una lista de «pensiones vip» para exfuncionarios con mensualidades incluso superiores a los $6,000, mientras los trabajadores recibían pensiones de hambre.
Incluso diputados que participaron con sus votos en la reforma se beneficiaron directamente con esta distorsión, recibiendo grandes beneficios.
Un pequeño listado de 684 personas ha recibido millones de dólares desde que a finales de la década de los noventa del siglo pasado empezó a funcionar el nuevo sistema de pensiones.
Ni ARENA, que propició este mecanismo, ni el FMLN, después, tuvieron voluntad política de desmontar estos privilegios, que contemplaba incluso a exfuncionarios que se jubilaban recibiendo el 100 % de sus salarios, una anormalidad en los sistemas de pensiones que se explica por el saqueo de los fondos del Estado realizados por los anteriores gobiernos.
Al mismo tiempo, las AFP han generado cuantiosas utilidades, a tal punto que el expresidente del Banco Central de Reserva (BCR) durante los gobiernos del FMLN, el economista Carlos Acevedo, destacó que han tenido rentabilidad patrimonial anual que ronda entre el 40 % y el 50 %, un porcentaje «que no tiene ninguna empresa lícita».
Es decir, son ganancias muy superiores que las que tiene, por ejemplo, la construcción o las industrias, que dan empleo a muchas personas y generan beneficios sociales.
Para Acevedo, las AFP recuperaron sus inversiones desde hace años y gozan de altas rentabilidades. Y todo porque así fue como se diseñó el sistema.
Es decir, han cumplido su parte y han llegado hasta donde la ley les permitía llegar, que era tener grandes ganancias y quedarse con el 20 % de los ahorros que los trabajadores cotizaron durante los últimos 24 años: unos $2,700 millones.
La reforma de pensiones que ahora ha propuesto el Gobierno del presidente Nayib Bukele busca beneficiar a los trabajadores, quienes mantendrán el monto de sus cotizaciones, recibirán más de sus patronos (que aportarán 1 % más) y las AFP cobrarán menos por administrar esos ahorros, es decir, se les recortará la comisión que en la actualidad cobran.
Además, la pensión mínima se elevará a $400. En general, la mayoría de las pensiones actuales subirá hasta en un 30 %.