El amplio paquete de reformas ultraderechistas del presidente argentino, Javier Milei, dio el pasado viernes el primer paso con la aprobación «en general» de los diputados, que seguirán debatiendo punto por punto el próximo martes, tras un maratónico debate acompañado de protestas y represión policial frente al Congreso.
En el cierre de la tercera jornada de las sesiones, la Cámara Baja aprobó la Ley Ómnibus con 144 a 109, con los 38 votos de la minoría oficialista de ultraderecha y el apoyo de las fuerzas aliadas y opositoras de centroderecha, con las que negoció hasta reducir el proyecto original a la mitad.
«El espíritu es acompañar al Gobierno y al presidente para que tenga los instrumentos», expresó al salir del recinto Miguel Pichetto, líder de un grupo parlamentario mixto, considerado clave para conseguir la aprobación.
La votación es un logro político para el presidente, aunque el proyecto aún debe ser debatido «artículo por artículo», por lo que podría cambiar; y luego pasará al Senado, donde la minoría oficialista espera reeditar alianzas. El Gobierno celebró el resultado.
«Esperamos contar con la misma grandeza el día de la votación de la ley en particular para avanzar al Senado», dio a conocer en un comunicado. Poco antes de la votación, Milei publicó en X: «Tienen hoy la oportunidad de demostrar de qué lado de la historia quieren estar».
La megaley incluye la concesión de superpoderes o facultades a Milei para que gobierne por decreto, disponga la venta de empresas públicas, contraiga deuda externa sin el aval parlamentario, desregule la actividad económica y recorte significativamente la financiación pública de la cultura y la ciencia, entre otras reformas de su ideario autodefinido como «anarcocapitalista».