L a capital china refuerza sus restricciones sanitarias, mientras el país se enfrenta a un rebrote de la COVID-19 grave y complejo, a menos de 100 días de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín.
La ciudad imperial, que organizó los Juegos de Verano en 2008, se va a convertir en febrero próximo en la primera ciudad del mundo en albergar también la competición olímpica de invierno.
En este contexto, las autoridades que siguen una política de tolerancia cero contra el menor caso de COVID-19, recurren a medidas radicales para erradicar un rebrote de momento muy limitado, con menos de 300 casos.
Al menos 14 provincias se han visto afectadas, de las 30 con las que cuenta el país. El virus llegó a Pekín hace 10 días. Para frenar el contagio, todos los cines del distrito de Xicheng estarán cerrados hasta el 14 de noviembre, según ordenó la municipalidad.
Este distrito, que agrupa los barrios al oeste de la plaza Tiananmen, cuenta con un millón de habitantes. Esta decisión se produce cuando China informó este sábado a escala nacional 59 nuevos casos de COVID19 de origen local, una cifra récord desde mediados de septiembre. Entre ellos, hay dos casos en la capital china.
Estas cifras, que pueden parecer bajas en comparación con las que se registraron en otras partes del mundo, están provocando que las autoridades redoblen su vigilancia de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno, que comenzarán el 4 de febrero.
El nuevo foco de la epidemia se encuentra a más de 650 kilómetros de Pekín, en la ciudad de Erenhot, cerca de la frontera con Mongolia. La propagación se puede controlar en menos de un mes, señaló el sábado el virólogo Zhong Nanshan, uno de los mayores expertos en la lucha contra la enfermedad en el país asiático.