Vestir con azul y blanco siempre ha sido su mayor logro en la vida. La sencillez que lo caracteriza, su manera de dominar el balón sobre la arena y su creencia hacia un ser superior le han permitido deslumbrar en escenarios inimaginables, desde donde ha enorgullecido a su afición y demostrado su amor por El Salvador: se trata de Frank Velásquez, el pívot de la Selección Nacional de Fútbol Playa, un deportista que creció en la Barra de Santiago, municipio de Jujutla, en Ahuachapán, y ahora está de nuevo en una Copa Mundial de Fútbol Playa, en Rusia.
Lo que pocos saben es que Frank es un joven que pasó de comercializar pescado al lado de su madre para poder obtener dinero y graduarse como un bachiller destacado en 2008 a convertirse en estrella de los «Guerreros de Playa», luego de «demostrar su garra» como futbolista salvadoreño y recibir el título como el tercer mejor jugador de la Copa Mundial de Fútbol Playa FIFA en 2011. Un evento que marcó la historia del deporte cuscatleco.
Previa a su trama futbolística en Rusia, los «Cangrejitos Playeros» fueron homenajeados en el país, luego de que la Asamblea Legislativa les entregara un reconocimiento monetario de $8,000, incluyendo al cuerpo técnico, al coronarse campeones del Premundial de Fútbol Playa de la Concacaf.
Cuénteme ¿quién es Frank Velásquez?
Yo soy una persona con un carácter muy fuerte. Soy una persona a la que mi padre y mi madre le enseñaron valores, que mi comunidad siempre trata de ver, ayudo a mi gente, trata de salir adelante a pesar de que he tenido muchas limitantes porque vengo de una familia de escasos recursos. Me marginaban por mi clase social económica pero nunca, nunca me rendí, porque mi madre me enseñó eso.
Tengo el carácter de ella (su madre), quien me enseñó que la vida sin los problemas no tiene gracia y creo que he salido adelante gracias a Dios, por los consejos de ellos y por la educación que siempre ellos me dieron. Creo que he sido una persona de bien también, además soy una persona bien bromista a pesar de que mucha gente me mira serio, pero soy uno de los más bromistas en la selección y eso hace que el grupo esté motivado, este tranquilo en una competencia y creo que estoy agradecido con el ejemplo que me han dado mis padres para ser una persona de bien.
¿Por qué decidió practicar el fútbol playa?
Yo vengo de una playa, Barra de Santiago, en Ahuachapán, donde todas las tardes salíamos a jugar ahí en la playa con los amigos y creo que gracias a Dios ya traía un don de futbolista. Yo siempre había jugado fútbol once, pero no tuve la oportunidad ahí, pero cuando la tuve en fútbol playa la aproveché porque mi sueño era vestir la azul y blanco, jugar para El Salvador, vestir esa camisa con orgullo y gracias a Dios he cumplido un sueño que siempre lo quise desde niño.
¿Y si no fuera futbolista a qué se dedicaría?
Sino fuera futbolista creo que me dedicaría a ser vendedor en los mercados porque cuando fui más joven iba a vender pescado con mi mamá, cuando estaba estudiando bachillerato. Recuerdo que mi mamá me llevaba a vender pescado, para que yo sacara los estudios y gracias a Dios soy un bachiller y gracias al trabajo que ella me enseñó también.
Durante su tiempo libre, ¿qué actividades realiza más allá del fútbol playa?
Bueno mi vida cambió en 2011 cuando hicimos historia en Rávena, cuando con la selección ganamos el cuarto puesto, de ahí me buscaron para hacer varios comerciales e imagen de marcas, pero también me enfoqué en realizar la parte social en escuelas de fútbol de playa, buscar ayuda para buscar a niños con talento en la modalidad de playa, porque tengo sobrinos que tienen mucho potencial y me gustó eso y gracias a Dios ya hay varias escuelas a escala nacional.
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También trato de brindar ayuda comunitaria a gente que necesite y creo que trato de aprovechar la imagen en cosas así para ayudar a jóvenes y niños para que no busquen cosas malas, digamos la prevención social en el país, porque sabemos que si hacemos eso los niños van a tener un mejor futuro ya de jóvenes y creo que a través del fútbol se pueden lograr muchas cosas para ellos.
¿Cuáles fueron las claves para llegar a ser una estrella a escala nacional e internacional?
Primero darle gracias a Dios, los vicios no lo llevan a nada bueno a uno y mis padres me ensañaron eso. Yo he tenido familia que les ha gustado el vicio y he visto ese ejemplo y no es bueno. Si alguien quiere superarse, lo primero es no buscar vicios. Los consejos de nuestros padres son muy valiosos, si tienen un abuelo o un tío tomen los consejos. Yo sé que cuando estamos jóvenes todo nos vale, pero cuando uno ya trabaja se da cuenta que la vida cuesta. Y sí, en la vida existen problemas, pero estos problemas son los que le dan fuerza a uno para seguir adelante y siempre a echarle ganas que en la vida todo se puede.
Recordemos uno de sus triunfos, por ejemplo, la memorable Copa Mundial de Fútbol Playa de FIFA de 2011 en donde la selecta obtuvo el cuarto lugar de Rávena 2011, ¿cuál fue la clave para este exitoso logro?
Lo primero es que siempre le dimos gracias a Dios. El equipo siempre ha tenido disciplina y eso es algo esencial y también la confianza. Nunca nos rendimos y siempre decimos que no vamos a regalar nada. Nunca ha sido fácil y creo que ha sido una selección que siempre ha entregado el 100 % a pesar de las limitantes que ha habido. Nosotros cuando vamos a una competencia sabemos que tenemos que entregar el 100% y también lo hacemos para poner orgullosas a nuestras familias, a nuestro país.
¿En algún momento ha recibido otras ofertas para integrar equipos de fútbol playa en el extranjero?
Sí, yo he tenido la oportunidad de viajar a muchos países con clubes; por ejemplo, he ido a Brasil, a Estados Unidos, he ido a jugar torneos en Italia, he jugado la Copa de Italia e incluso la Champions League en Catania… he jugado en muchos países y eso me ha servido para tener mucha experiencia y ser más reconocido. En mi selección vienen más metas en donde viajaré más para conocer otros países, otras culturas y darle más alegría a nuestro fútbol salvadoreño.
¿Cuáles son sus metas en estos momentos?
Mi meta en este momento es el Mundial de Rusia y como jugador uno siempre busca jugar una final, nos estamos preparando para eso y esto es un sueño muy lindo para mí. Una vez dije que lo había ganado todo, pero lo único que no he ganado es una Copa del Mundo y primeramente Dios ahora sí sea.
¿Cómo se siente para enfrentar el Mundial de Rusia?
Yo estoy feliz, porque ya teníamos desde el 2013, el mundial de Tiatí, de no ir a una Copa del Mundo y volvemos gracias a Dios como campeones de la Concacaf. Estamos también en el grupo de Brasil y es algo increíble de verdad. Rusia es la cuna del fútbol playa a nivel mundial, la mejor liga del mundo, los mejores jugadores del mundo y estamos las 16 mejores selecciones del ranking.
Esto es muy importante para nuestro fútbol porque le damos alegría al pueblo salvadoreño y volvemos a otra cita mundialista cuando tal vez muchos nos daban por muerto y decían que ya nuestra época había pasado. Uno siempre se tiene que preparar y trabajar, porque yo siempre he dicho que los sueños se cumplen si uno se esfuerza, porque nada en la vida es fácil y gracias a Dios estamos en Rusia y estamos trabajando duro para lograr un objetivo muy lindo: estar en las mejores selecciones del mundo y buscar el sueño que todo futbolista tiene que es una final.
¿De qué manera se ha preparado la selección?
Esta preparación de fútbol playa es bien fuerte porque hemos hecho gimnasio, hemos hecho kilometraje táctico, sicológico y muchas cosas para que esta selección llegue bien a Rusia. Sabemos que nosotros hacemos mucho sacrificio en esta selección, nos levantamos a la 5 de la mañana, entrenamos a las 4 de la tarde en medio del calor, pero son sacrificios que uno se esfuerza. Pasamos de martes a viernes, aquí miramos poco a la familia, algunos trabajamos y a veces no nos queda tiempo, pero así es la vida y representar al país así toca, hay que esforzarse, pero gracias a Dios de ahí vienen bendiciones más grandes.
La afición ha estado pendiente de la salud de uno de sus compañeros de fórmula: Agustín Ruiz, quien no podrá estar en Rusia. ¿Cómo se encuentra él en estos momentos?
Agustín Ruiz tiene una lesión como la que yo tuve: ligamentos cruzados y meniscos. Cuando yo me lesioné estuve casi un año en recuperación en el 2012 y estas son lesiones muy graves para el futbolista.
¿La Selección Nacional de Fútbol Playa podría verse afectada en los resultados por la ausencia de Tin Ruiz en el Mundial de Rusia?
La verdad es un elemento muy grande, pues se trata de un jugador de gran nivel, el más histórico de esta selección, junto con Eliodoro Portillo. Sin Agustín Ruiz es una gran baja para nosotros, pero sé que saldremos a delante. A nosotros nos afectó pues también es un gran amigo.
¿Qué le promete a la afición sobre la participación de la Selección de Fútbol Playa en el Mundial de Rusia?
Primero siempre darle gracias a Dios. Siempre le he dicho a la afición que oren por la selección porque nosotros somos salvadoreños como todos, aquí representamos un país. Hay que sentirse orgullosos de haber nacido en este país, a pesar de los problemas que hemos vivido. Yo siempre me he sentido orgulloso de El Salvador, porque aquí nací y siempre le he dado gracias a Dios de que nací en este bello país.