Durante casi un año, el médico René Oswaldo Portillo, de 30 años, ha visto de primera mano los estragos del coronavirus en la salud de las personas.
Desde mayo de 2020 ha trabajado en primera línea atendiendo a pacientes por coronavirus en unidades de primer nivel de atención y en el Hospital El Salvador.
En dicho centro de salud trabaja desde diciembre de 2020 en el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) trasladando a pacientes de su domicilio al hospital, y también ha atendido a pacientes en la Unidad de Cuidados Intensivos de dicho centro médico.
«Las anécdotas más difíciles que viví fueron cuando vi a un niño morir por coronavirus, también perder amigos y colegas con quienes estuve trabajando hace unos años, y saber que enfermaron y fallecieron. Para los médicos fue un impacto porque fue una enfermedad nueva que no conocíamos. Mundialmente no se contaba con mucha información», recordó Portillo.

Además de los impactos emocionales, otro de los retos fue acostumbrarse al equipo de protección personal nivel 3, pues, según narró, en la pandemia fue la primera vez que lo utilizaba. Sin embargo, el médico destacó que últimamente se registra una disminución en los casos confirmados por coronavirus y en la tasa de letalidad de los pacientes.
Para el doctor, esto representa una esperanza para el personal de salud. «Los casos han bajado considerablemente en comparación con el año pasado, especialmente en los meses de mayo y junio de 2020, cuando hubo un incremento», mencionó.
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Sin embargo, la principal esperanza del especialista ha sido la vacuna anti-COVID-19, con la cual se logrará inmunizar a todo el personal de salud. El doctor ya recibió la primera dosis del fármaco de AstraZeneca como parte del plan de vacunación que desarrolla el Ministerio de Salud (Minsal); y, según describió, la vacuna representa una esperanza y una luz que vislumbra el final de la pandemia.
«La vacuna es como una luz en la oscuridad después de todo lo que vivimos el personal de salud del mundo enfrentando la pandemia. Es bastante positivo porque nosotros, que estamos en contacto plenamente con los pacientes COVID-19, consideramos que la vacuna nos va a ayudar a prevenir complicaciones», dijo Portillo.
El médico también destacó que el Hospital El Salvador ha sido una estrategia muy positiva porque aisló a los pacientes con COVID-19 del resto de las unidades médicas.
«En mayo, cuando Hospital El Salvador no existía aún, nos costaba referir pacientes, ya que nos decían que no tenían camas en los centros hospitalarios. Faltaba una instalación especializada para COVID-19, y eso fue lo que resolvió Hospital El Salvador. Se han salvado muchas vidas por este hospital», detalló.
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El joven médico también invitó a la población salvadoreña a que se vacune contra la COVID-19 cuando le corresponda según su fase y grupo de priorización. «Queremos motivar a la población salvadoreña a que se vacune, porque es la medida para evitar enfermar de la COVID-19», concluyó.
JORNADA DE VACUNACIÓN
El personal de salud es el primer grupo priorizado para recibir la vacuna anti-COVID-19, debido al alto nivel de exposición que tienen con el virus. El Plan de Vacunación inició el mismo día que el fármaco ingresó al país, el pasado miércoles 17 de febrero.
Hasta la fecha, miles de doctores, enfermeros y trabajadores de la salud ya fueron vacunados. Ayer, el personal médico del Hospital Nacional de la Mujer y de la Unidad Comunitaria de Salud Familiar de Ilopango recibieron la aplicación de las vacunas contra la COVID-19.