El Gobierno sueco ordenó al Ejército reforzar las tareas policiales en una estrategia de seguridad para frenar el crimen y el aumento de asesinatos causados por la guerra entre bandas. Las autoridades advirtieron que los migrantes vinculados al crimen organizado serán expulsados. Solo en septiembre hubo 12 muertes en la ola de violencia que azota al país nórdico.
«Cada vez más niños y transeúntes inocentes son víctimas de esta grave violencia. No puedo dejar de enfatizar la gravedad de la situación. Suecia nunca había visto algo así. Ningún otro país de Europa está viendo algo parecido», señaló el primer ministro, Ulf Kristersson.
«Cazaremos a estas bandas y las derrotaremos. Los llevaremos ante los tribunales. Si son ciudadanos suecos, estarán encerrados durante mucho tiempo. Si son extranjeros, también serán deportados», advirtió. Si un migrante se asocia con las bandas criminales, serán expulsados, «incluso si aún no han sido condenados por ningún delito», explicó.
El funcionario indicó que, en un período de 10 años, la violencia armada se ha triplicado y adelantó que recurrirán a reformas para enfrentar la violencia. «La legislación sueca no está diseñada para guerras de pandillas y niños soldados. Pero ahora estamos cambiando eso», aseguró el funcionario.
«Estamos intensificando la prevención del delito. Es evidente que la política actual no ha funcionado y, por lo tanto, la estamos revisando. Eliminaremos el secreto entre la Policía, los servicios sociales y las escuelas, para que puedan compartir información entre sí sobre cada joven en riesgo», agregó.
Desde julio, las penas por delitos cometidos en redes criminales se duplicaron y las autoridades tipificaron como delito el reclutamiento de niños.