El canal de Suez, que quedó bloqueado por un buque portacontenedores que encalló hace un poco más de una semana, no ha cesado de expandirse y modernizarse desde su inauguración en 1869, y acompañó la evolución del comercio marítimo al punto de que ahora recibe navíos gigantes de hasta 240,000 toneladas.
En 1869, el canal que une el golfo de Suez y el Mediterráneo estaba lejos de su tamaño actual. Con una longitud de 164 kilómetros, alcanzó una profundidad de 8 metros para permitir el paso de embarcaciones de hasta 5,000 toneladas y 22 pies de calado (6.7 metros), que constituía en ese momento la mayor parte de la flota mundial, según datos de la compañía administradora del canal.
Durante su primer siglo de existencia sus dimensiones evolucionaron poco, aunque una reforma en 1887 permitió la navegación nocturna.
En los años cincuenta, el canal, bajo la presión de los grandes armadores, se expandió, profundizó y alargó gradualmente.
En el momento de su nacionalización por el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, en 1956, el canal tenía 175 kilómetros, 14 metros de profundidad y podía recibir barcos de hasta 30,000 toneladas y 35 pies de calado (10.7 metros).
Paralelamente a la evolución la flota mundial, las dimensiones del canal seguirían aumentando hasta alcanzar en 2015 193.30 kilómetros de longitud y 24 metros de profundidad.
El canal ahora es utilizado por navíos de hasta 240,000 toneladas y 66 pies de calado (20.1 metros). Cada día un promedio de 50 barcos atraviesa el canal en comparación con los tres de 1869.
Una nueva ampliación del canal, inaugurada en 2015, duplicará el tráfico a 100 barcos por día para 2023.
Al expandirse, el canal de Suez, por donde pasa gran parte del petróleo transportado por mar, enfrenta la competencia del tránsito por cabo de Buena Esperanza, en el sur de África. Porque aún si el canal reduce drásticamente las distancias (la ruta entre los puertos del golfo y Londres se reduce a la mitad), cuando los precios del petróleo caen puede ser más rentable recorrer una gran distancia alrededor de África, en lugar de pagar un derecho sustancial de uso del canal.
De acuerdo con expertos, esta ruta de envío concentra alrededor del 10 % del comercio marítimo internacional.