Tom Pollak es un ciudadano estadounidense que se ha radicado en la playa El Esterón, de Intipucá, en La Unión, desde hace 16 años, en donde ha instalado su restaurante, Tortuga Verde, pero también trabaja constantemente en la protección de la tortuga y la vida marina.
Este extranjero se autodenomina el Gringo Loco, y su seudónimo quizá le hace mérito a su forma peculiar de ser, pues es un personaje extrovertido y jovial, características que le permiten entrar en confianza con cualquier persona que lo saluda.
El norteamericano destina parte de las ganancias que obtiene en su restaurante para ejecutar un programa de conservación de la tortuga marina, por medio del cual compra hasta 15,000 huevos cada año, los cuales siembra para que los neonatos sean liberados en la referida playa.
«Hay dos cosas bien importantes aquí: ayudamos a crecer la población de tortugas marinas, y por eso nosotros compramos y sembramos los huevos, y compartimos con todas estas personas para cambiar la mentalidad y no comer huevos, sino que liberar tortugas», comentó el extranjero.
Tom utiliza una estrategia para la liberación de los neonatos de tortuga, y para ello aprovecha los fines de semana, cuando llega un mayor número de familias a disfrutar a su establecimiento, para incluirlos y que participen en ese momento de soltar las tortugas al mar y también los motiva a no consumir huevos de estas especies.
La siembra de huevos de tortuga la inicia en julio y se extiende hasta que dura el período de anidación de las diferentes especies de tortuga. Para ello ha hecho un corral, donde cada semana siembra.