El Salvador se encuentra en campaña electoral. Se esperaba que los partidos de oposición hicieran despliegue de propaganda, publicidad y marketing político, en especial en las redes sociales, debido al alcance y la profundidad nacional e internacional de las plataformas digitales; no obstante, los partidos políticos opositores no postean los fragmentos de los discursos de sus candidatos ni videos sobre el recorrido que supuestamente están haciendo a escala nacional.
La razón es que, cuando colocan en la web las fotos de sus candidatos y videos cortos de sus discursos, inmediatamente reciben de la mayoría de los internautas un rechazo masivo y descalificación, porque las campañas de la oposición se basan en hechos infundados y tergiversación de la realidad. A los partidos de oposición el intento de ganar votos le resulta difícil, porque su campaña electoral está dirigida a atacar las fortalezas del actual Gobierno, las que precisamente la ciudadanía salvadoreña apoya y respalda casi al 100 %, de acuerdo con las encuestas realizadas en el país.
La oposición no hace recorridos haciendo proselitismo en barrios, colonias, cantones, pueblos o ciudades, sino que se reúnen en sitios privados porque saben muy bien que los ciudadanos los rechazarán en coro, les reclamarán por todo el daño que le ocasionaron al país en los 20 años del gobierno de ARENA y los 10 del FMLN; la población, como lo hizo en las elecciones de 2019 y 2021, les exigirá que devuelvan lo robado.
Se ha producido un fenómeno mediático con los medios de comunicación. En los programas matutinos de entrevistas presentan a los candidatos a presidentes de la oposición e inmediatamente les baja sensiblemente el rating a los canales de televisión y de la radio. La audiencia, en lugar de ver y escuchar esas emisiones en donde los opositores expresan incoherencias, absurdos y difamaciones contra el actual Gobierno salvadoreño, cambia o apaga el programa.
El partido Nuevas Ideas todavía no ha comenzado en «stricto sensu» la campaña electoral, porque realmente no la necesita, ya que las encuestas elaboradas desde enero hasta el día de hoy le dan el 96.5 % de respaldo y de apoyo al liderazgo de su gobierno, como resultado de las políticas públicas, gobernanzas, leyes y decretos para el beneficio directo del ciudadano salvadoreño. Por primera vez en la historia de El Salvador existe un presidente que gobierna en función del ciudadano y no de poderes fácticos, narcotráfico, terrorismo, transnacionales ni de intereses de otros países.
Por tal razón, no existe oposición política desde el punto de vista sociológico ni politológico, porque Nayib Bukele ha dado respuesta de solución a las deudas históricas de la ciudadanía a través de un gobierno democrático, garante del respeto de los derechos humanos, de la paz y de la justicia.