Nunca en la historia de El Salvador hubo un compromiso tan grande con la seguridad como con el Gobierno del presidente Nayib Bukele. La guerra contra las pandillas, declarada y puesta en marcha desde el instante mismo de la toma de posesión, empezó a dar frutos de manera más evidente hasta que la nueva Asamblea Legislativa aprobó el financiamiento necesario para equipar a la Policía Nacional Civil y a la Fuerza Armada, mismo que fue bloqueado sistemáticamente por ARENA-FMLN y sus aliados parlamentarios durante los primeros meses del mandato.
El Plan Control Territorial sufrió el sabotaje parlamentario, en una clara estrategia de defensa de los criminales por parte de sus aliados políticos, pero fue superado cuando el pueblo salvadoreño decidió reducir a la irrelevancia a los partidos que habían negociado votos con las pandillas y, a cambio, entregaron a los delincuentes el control de los barrios y comunidades, en donde tenían vía libre para asesinar, extorsionar, robar, violar y desaparecer a sus víctimas.
Los órganos de propaganda de la oposición han definido desde el principio su línea de ataque contra el Gobierno del presidente Bukele alrededor de los temas de seguridad y economía. No obstante, en ambos rubros han sido incapaces de negar los evidentes avances, de modo que han urdido verdaderas campañas de desinformación para tratar de engañar a personas que viven fuera del país, debido a que no podrán convencer a nadie de dentro de las mentiras que pregonan.
Sobre la economía se inventaron todo un escenario apocalíptico para representar a El Salvador como una nación que no podía cumplir sus compromisos financieros internacionales. Pero, al contrario, el presidente Bukele procedió con la compra anticipada de deuda, lo que le ha ahorrado al fisco millones de dólares en pago de intereses.
En seguridad ha pasado lo mismo. Con el régimen de excepción se ha detenido a más de 64,000 integrantes y colaboradores de las pandillas, logrando la pacificación del país, además de la drástica reducción de los homicidios. Los propagandistas de la oposición inventan novelas tratando de vender falsedades, cuando en realidad lo que todos los salvadoreños conocen es el combate sin miramientos de las maras, que incluye la detención de criminales y la confiscación de los fondos malhabidos, al igual que bienes inmuebles, negocios, vehículos y teléfonos celulares.
Las administraciones de ARENA y del FMLN pactaron con las pandillas. Por eso nunca combatieron a las maras como ahora lo hace el Gobierno del presidente Bukele, que ejecuta un plan para erradicar este mal de El Salvador.