La COVID-19 está regresando a zonas del noreste de Estados Unidos con la subvariante BA.2, convirtiéndose en la cepa dominante, afirmaron autoridades, mientras se urge al Congreso aprobar nuevos fondos contra la enfermedad, necesarios para no poner en riesgo el suministro de futuros tratamientos y vacunas.
El país registra actualmente un promedio de 28,600 casos por día, muy por debajo del último pico de contagios de más de 800,000 infecciones diarias en promedio de enero.
Las muertes por la COVID-19 son alrededor de 900 por día, con un total, esperado, en aproximadamente un mes, de un millón de fallecimientos.
La directora de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, dijo a la prensa que había signos prematuros de una nueva ola de contagios.
«Hemos visto un ligero incremento en los casos reportados en el estado y en la ciudad de Nueva York y también algunos incrementos de personas hospitalizadas por la COVID-19 en Nueva Inglaterra, específicamente donde la variante BA.2 ha alcanzando niveles del 50% (de prevalencia)», afirmó.
La nueva variante BA.2 no parece ser causante de una forma más severa de la enfermedad que la causada por la primera variante de ómicron, BA.1, ni parece más probable que evada la protección inmunológica, sin embargo es más transmisible.
El 35 % de los casos a nivel nacional es causado por la variante BA.2.